diciembre 30, 2008

El viaje de Navidad


Me fue muy tentador no sacar la cámara al ver a esta amorosa madre dormir sobre el pecho de su hijo. No él, el pequeño, sino ella refugiarse, en el cuerpo del niño que tenía los ojos abiertos, en este autobus donde también viajaba yo. Cuando la cámara disparó, ella se levantó para darle un beso.

La gente viaja en fiestas... La gente trabaja.

No cualquier noche. Especialmente en las noches de celebración de navidad o de fin de año algunas personas preparan su material de labores, se ajustan el cinturón y salen fuera de su casa para trabajar.


Una navidad que enfrían las carreteras
Alfonso es un hombre delgado y no lo suficientemente grande, pero conduce un autobús de 50 pasajeros que viaja por todo México. Trabaja en una reconocida línea de transporte de pasajeros hace 10 años, casi el mismo número de navidades que ha tenido que pasar conduciendo por la carretera, frente al volante y sin esperar un abrazo de nadie, pues él no puede dejar de manejar. Es su deber.

"Tú tienes que terminar tu viaje. Todo transcurre muy normal. A veces algunas personas dicen 'felicidades', 'feliz navidad', 'feliz año nuevo', pero es algo raro, casi no sucede", comenta Alfonso con desgano y desinterés. Si de confraternizar se trata, el volante tiene que estar lo más lejos posible. Así, cuando Alfonso se encuentra en la terminal convive con algunos compañeros conductores, ponen algo de música, un saludo y algunos se despiden pues tienen que salir de noche.

¿Adornitos navideños para ambientar el bus? Nada de eso está permitido en la empresa. Alfonso agrega lo que es ya demasiado evidente: "Aquí vas haciendo a un lado los sentimientos. La empresa de un cierto modo te absorbe. Te vas haciendo frío". Pero en este punto uno se imagina que en el hogar del conductor la situación sea diferente. "¿En la casa?... es que ya vienes muy desvelado, amolado. Aunque a la familia sí le da gusto que uno esté ahí".

Alfonso tiene algo claro para esta navidad: no sabe dónde la pasará. "No sabemos porque en los días siguientes nos mueven el rol, entonces no podemos hacer planes", comenta a unos siete metros del volante. Si éste estuviese más cerca quizás no habría soltado palabra. Este 24 de diciembre en la noche la carretera podría enfriarlo otra vez. Una noche más. Y lo más probable es que tenga un coro mudo de 50 cabezas detrás suyo, sentadas y algunas otras durmiendo.


Taxi aventuras de Nochebuena
Paulino Rodríguez dice que es uno de los ojos de Tehuacán (Puebla). Trabaja como conductor de un taxi desde hace 24 años y desde su unidad ha visto innumerables sucesos. Recorre la ciudad de punta a punta: "Estamos aquí y estamos allá. Los taxistas somos los que en realidad cuidamos Tehuacán. Vemos muchas cosas", asegura con mano firme en el volante. Y se acuerda de un suceso singular de Nochebuena en el que vio más allá de lo conveniente.

Eran las 10 y media de la noche del 24 de diciembre. Paulino esperaba una carrera en la central de autobuses de AU. Se le acercó un hombre y le preguntó cuánto le cobraría por llevarlo al pueblo de San Pedro Atzumba. Paulino sugirió una cifra alta pero justa -era noche de fiesta, dos horas de viaje considerando que en esa época el camino era sólo terracería-, el hombre aceptó y, antes de subir a su esposa y dos hijos, se compraron pollo asado para la cena. Ya estaban en marcha.

Llegaron a San Pedro pasada la medianoche. El hombre agradecido con Paulino le invitó a cenar, pero el taxista arguyó que no podía quedarse porque también lo esperaba su familia en casa. No era cierto. Quería llegar a la ciudad para realizar más carreras y ganar, como todo taxista lo merece, el aguinaldo no oficial de fin de año. El hombre entendió y le regaló una botella Don Pedro. Tome, para que se la 'eche' con su familia, le dijo.

Iniciando el camino de regreso, en medio de los cerros, y en la oscuridad que todo lo envuelve, distinguió un bulto tirado en la carretera. Era un perro negro que lo miraba directo a los ojos. El coche se paró. No arrancaba. Él se asustó, sabiéndose ante algo malo. Así estuvo, sin bajarse y sentado, media hora. Recordó que alguien le sugirió insultar a los aparecidos para que a uno lo dejaran tranquilo. Lo hizo. El perro subió al cerro con una estela ancha de viento cargado detrás de sus patas. Alcanzó a verlo a los ojos una vez más antes de desaparecer entre el polvo de la noche. Paulino juró nunca más ir a ese pueblo, le paguen lo que le paguen, ni por ser Nochebuena.

diciembre 23, 2008

La cara del bolero

"La cara del bolero", FFRC. Día de los muertos. Naolinco, México, noviembre de 2008.


Se hacen decenas de selecciones de fin de año. Esta es la mía. Y yo que me dedico a escribir ahora elijo la fotografía. No hay mucho que comentar sobre cómo capté este instante. Tuve suerte. La pregunta que grita es: ¿qué está ocurriendo en el cerebro de esta pequeña niña? ¡Oh, ...!

Si tuviera la gracia de vivir otra vida me gustaría que sea la de un disparador de imágenes. Aunque me tomaría un tiempo dejar de lado la espeleología.

diciembre 16, 2008

Quiero ser Santa



Me han propuesto buscar a Santa Claus. He aceptado de inmediato la misión. Porque desde hace unos años manejo el discurso de que a mí sí me gusta la Navidad. Se me ocurrió un día cualquiera cuando me di cuenta que eran muchos los que hablaban pestes de ella. No queriendo subirme a ese coche sin más ni más y viéndome más cómodo en el diverso grupo de personas que estiman la Navidad, allí me fui. Atiendo y animo las alegrías del pueblo. ¿Pero de qué hablan estos injuriosos grinchs? No lo sé. Creo que tienen una lista enormes de malestares y quejas. Se me ocurre una, aunque, otra vez, no sé si provenga de sus reclamos: la idea de un Santa Claus falso.

El día que supe que Santa y Rodolfo se andaban en mentiras con lo del trineo volador, mi tío Manuel estaba cerca de mi cama. Supongo que en esos años de niño encontré regalos junto a mi almohada la mañana del 25 de diciembre de alguna manera mágica. Sin embargo ese amanecer lo descubrí a él dejando un Volkswagen amarillo. Mis ojos se abrieron y él estaba ahí con su nariz enorme en un resuello ahogado, tratando que sus manos fuertes no fueran a romper el encanto de mi sueño. No recuerdo decepcionarme. Un traje distinto pero la misma idea.

¡Lo he encontrado! Tiene su propia casa en un centro comercial. Ha sido el Santa Claus de Coca Cola. Le tomo fotos con una mano y con la otra sostengo la grabadora de voz. Una niña, de tantas infantiles almas, le toca la parte posterior del traje. Él no lo advierte. Yo que estoy con la cámara en la mano y enfocando la acción, le pongo al tanto, justo en el momento que ella se aleja pensando que él no quiere hablarle. Santa la llama con sus guantes blancos. Ella corre y se le echa encima con un fuerte abrazo. Le dice unas palabras que no alcanzo oír. Ella está tan feliz que luego le comento a Santa que su labor es como la de un dios. No se lo digo pero me siento una especie de serafín por haberlo advertido de la criatura que solicitaba su atención. Y yo soy el reno, el duende... el trineo de madera.

Una vez más: la Navidad ha triunfado. Cientos de voces se alzan en diatribas acaloradas y yo les muestro los dientes.

diciembre 07, 2008

Influencia y prejuicio




Me estaban cayendo unas gotas por la ventana abierta del asiento delantero del auto. Estaba pensando en si me molestaban lo suficiente o no. Quizás trataba de recordar esa palabra que no debía utilizar nunca al escribir porque muchos lo hacen, y cuando así sucede lo mejor es evitarlas y buscarse otras nuevas. Estaba cantando "Avísame" de Alejandro Fernández que también le gusta al colombiano que nos acompaña. El auto avanza rasgando el viento y estrellando los diminutos globos desnudos del agua que se precipita.

Es la segunda vez que me encuentro con el colombiano que me ha caído tan bien. Su manera de hablar se me ha pegado. Sobre todo cuando tengo que alzar la voz, las palabras tienen ese acento "que ni la hijoeputa" y parece que así suenan mejor. Analizo: cómo es que mi ritmo al hablar no se ha visto mellado por el acento mexicano en meses, y en tan sólo una par de horas siento mi entonación trastabillar porque, está dicho, uno se esfuerza por contagiar y no ser contagiado. Parir y no ser parido. Por cierto, esto último es una razonamiento altamente mexicano. ¿Qué ocurrió? Razón posible: leo a Fernando Vallejo. Fui a la Feria del Libro de Lima para verlo. Él no se apareció. Trauma. Mismo hilo: veo "La virgen de los sicarios" de Barbet Schroeder, la escena en la cantina, con dos waros, "Senderito de amor" de Pedro Infante en la máquina de música por mil pesos colombianos -"qué devaluación hijoeputa"- y una de las frases más poéticas que haya oído en el cine y que no pienso comentar ahora, miro la escena varias veces, la película también, pero distingo detalles distintos en cada rew/pause, como las personas que beben fuera de la cantina, la cámara y el barrido que abraza a Fernando desde atrás... me prometo algún día estar en Medallo y pedir dos waros, mientras Senderito de amor, senderito del alma... Anhelo. Hilo primo: el colombiano es gracioso, simpático, le gusta bailar, cantar, cuenta chistes, y, oh gloria, es de esos de beber mucho, hasta al amanecer dice, y este día, que fue el que estuvimos platicando por primera vez, se sentó debajo de un cuadro que tiene sólo unos pies en un aparente abismo remolino, todo manchado. "¿Ya viste lo que tienes detrás tuyo?", le digo, él y todos los demás en la mesa voltean y se echan a reír porque el comentario estaba en contexto oportuno, aunque a mí no me pareció tan gracioso.

"¿Ya llegamos?", pregunta el colombiano y ella le dice una vez más que no. A mí también, que voy detrás, se me hace lejos todo el camino recorrido. Seguimos cantando. Le pido a ella que cierre la ventana, que me cae la lluvia.

¿Llegamos?, pregunta una vez más. Le cuento al colombiano que he revisado un reporte de la Universidad de Michigan publicado este año sobre los países más felices del mundo. Él me habla sobre el IDH y Ginebra. Ajá, le apunto, ¿sabes cuáles son los países más felices del planeta? Primer lugar, Dinamarca, segundo lugar ¡Puerto Rico!, y ¿quién crees que está en el tercer lugar?... ¿Ah? El colombiano sonríe y dice "Colombia". Jajaja ¡Sí! Luego comentamos las razones, bla, bla, bla... ¿Llegamos? Ahora sí.

Una virgen se nos viene encima. El pueblo está de fiesta. El tráfico detenido. Le digo a él que se imagine que todos vienen a recibirlo. Afuera es cierto. La procesión está justo en frente del auto donde viajamos. La virgen con los brazos abiertos se balancea, elevada por los hombros de todos estos señores que no logro distinguir por la oscuridad de la noche; la virgen se nos viene, da justo la vuelta a la esquina, para no echársenos a besos. El colombiano disfruta el espectáculo, detenido en la imagen que le he planteado. No lo imaginé así en ese momento. Pero ahora tiene mucho sentido. No entiendo cómo es que él llega a un lugar tan rústico. Si su carácter fuera el de un flemático devoto o al menos el de un carismático cristiano, no lo sé, pero él me parece tan alejado de este mundo de calles angostas y empedradas. Será que lo conozco tan poco. Oh, prejuicio maldito que llenas mis ojos de abundantes espejismos. Viene a realizar un trabajo de ayuda social; y la virgen, a quien tanto yo quiero, la virgen, lo recibe con petardos en el cielo y ese gesto cariñoso.

Pienso. Pienso mucho. Ya me he terminado el pan.

diciembre 02, 2008

"No lo sé"



-¿Por qué te gusta Marlboro Wides?
-No lo sé...

Creo que ella difícilmente lo entendería. Muy pocos lo hacen. ¿Qué tendría que hacer yo? Si cuando digo que me gustan los cementerios la gente se espanta. Agrego que me gusta lo artístico de ellos. Silencio. ¿Se figuran que estoy loco?

Cuando alguien dice "no sé" demuestra gran sabiduría, porque no lanza respuestas como quien manotea moscas. Esa prudencia es digna de espíritus reflexivos. Luego del "no sé" el cerebro maravilloso de esta persona busca ideas, sensaciones e hilvana posibles teorías. La exposición fresca de esas palabras se asemeja al espectáculo del nacimiento de los seres vivos, especialmente a aquellos que se develan en armonía con un haz de luz.

Sucedió con uno de los mejores profesores que he tenido en la universidad: Luis Jochamowitz. No pretendo extenderme en hablar sobre él; pero cuando expuse esto que he puesto a consideración, y como alegato en su defensa, ante un tribunal de estúpidos estudiantes de periodismo, obtuve risas y comentarios cobardes a media voz. No debería culparlos. Quizás yo también lo habría hecho al ser mi propio espectador. ¡Alguien que habla con pasión!

Es curioso -no lo había planeado así- que este texto incluya el humo de los cigarrillos. Me gusta el sonido que hace la cajetilla al abrirla y al cerrarla. Me gusta que sea gris...
Por eso digo que ella difícilmente lo entendería... aunque ya que pongo esta frase por segunda vez caigo en la cuenta de mi error. Quizás sólo ella lo entendería. Cuando dijo "no sé" yo había concentrado mi vida en su respuesta. Los puntos suspensivos después de estas dos palabras es un espectáculo que me reservo.

noviembre 21, 2008

La pulsión de una ciudad



Un día después, a diferencia de los que precedieron al hecho, llovió. Así estuvo durante horas adormeciendo la exaltación colectiva con su goteo lento pero inacabable. Los pájaros durmieron hasta tarde, porque luego de la conmoción del día anterior y del murmullo de las familias que no dejaban de comentar el suceso frente a los televisores y noticieros López-Doriga, de la hermana que mostraba las fotos del desfile del 20 de noviembre, del perro quejumbroso al que olvidaron sacar a pasear y de la pregunta trágica "¿y si hubiera explotado?", a ellos, los emplumados, se les chamuscaría el canto. Todo volvió a ser igual. Molestaba el campanear de la iglesia. Sólo la voz de un hombre era la esperada esa mañana posterior al hecho. Entonces, cuando la oyeron, corrieron a las puertas, sacaron los pesos y compraron el diario. Tenían que enterarse, repasar lo ocurrido el día que la ciudad colapsó.

"-Ha tenido que ser un accidente bien grave. Ve, mira este trailer, éste no tiene que andar por acá. Todos éstos van por la autopista. Son de carga pesada. Mira los autobuses. Éste no es su camino. Ha tenido que ser bien grande la cosa. No, y más temprano estaba peor. Las señoritas se desesperaban por llegar a su trabajo. Si de por sí la ciudad no tiene muchas vías, con todo esto nos fuimos a la chingada. Ve, mira éste otro, éste no tiene que andar por acá. Éste no es su camino, ve..."

-¿Eso fue lo que te dijo?
-Sí. No dejaba de repetir "éste no tiene que andar por acá".
-¿Andar?
-...
-¿Y tanto por un trailer caído?
-Un trailer lleno con 30 mil litros de turbosina. Si hubiera explotado, imagínate lo que pasaba. Dicen que esos se activan con un motor de auto encendido, con cualquier cosa que esté cerca.
-¿Dónde leíste eso?
-En el diario.
-¿Apoco lo pudiste comprar? Si ya no había...
-Lo vi en internet.

¿A quién no le gusta algo distinto en la vida? No siempre se puede comer frijoles. Para quien no acostumbra revisar primero la sección de policiales en la prensa, el verse inmerso en una posible tragedia local, lo hace partícipe de una pulsión de muerte colectiva. Los asiduos a este tipo de información estaban servidos y a sus anchas. Esta vez el accidente pasó a primera plana. Y nadie podía perderse las incidencias del hecho que trajo abajo a toda la ciudad. Un día después del desastre, el diario se vendió como pan caliente. Se hizo la edición de colección.


Foto: Un tebeo con otro nombre.

noviembre 17, 2008

"¿La mato?"


Saludo al señor que suele prepararme unas calientes tortas de jamón. Pero extrañamente ni me ve. Soy muy detallista con ese tipo de situaciones así que lo sigo con la mirada, pero parece estar desorbitado mirando una servilleta. Me siento al fondo. Una mujer de mandil blanco me atiende. De pronto él alza la voz y se levanta de golpe de su asiento para perseguir a la que imagino su nieta. Grita como nunca antes le había oído. Se saca la correa y amenaza a la niña. Ella se echa a llorar. "Cállese", le ruge él, pero le sigue mostrando la correa y la niña llora más fuerte.

No es difícil advertirlo. Está ebrio. Siguen con ese "juego". La mamá de la niña no se queja. No dice nada. En la tele Cantinflas. Me concentro en la torta. Le doy mordidas. Pero otra vez pasan cerca de mi mesa con su "juego". Esta vez la niña ríe. Él se ha guardado la correa y estira los brazos como un oso tonto. Se ve gracioso. En verdad es simpático. Así que dejo la torta para prestar más atención. La niña está alegre aunque no se le han borrado las lágrimas, que se evaporan de a pocos o terminan de caer por los estiramientos de su rostro.

Se abraza a mamá que prepara más tortas. Ella le dice que se vaya. El oso tonto apoya: "¡Déjala!". La niña no obedece. Él la arranca de su madre. Ella vuelve a llorar.

He terminado mi torta. El oso alcoholizado se pone entre la madre y la niña. La pequeña se queja. Entonces a este osito lindo se le ocurre una bromita. Vuelve a sacarse la correa por quinta vez desde que estoy aquí por tortas. Se va contra la madre y le hace un nudo al cuello. Mira a la niña que está a más de un metro debajo de sus ojos y le grita:

"¿La mato?"

La niña explota en llanto y ruega que no lo haga.

Busco a la madre. Ella no voltea, no dice nada. El oso se ríe. Para detener la escena, "el juego", le pido la cuenta. Esta vez sí se detiene en mis ojos. Se pone la correa y saca la cuenta de lo que le debo.

noviembre 16, 2008

Un ex lector de Perú 21



¿Qué le ha pasado a Perú.21?, ¿qué le pasa a Perú?

No debo ser el único. Muchos deben sorprenderse como yo, al punto de la risa y la sorpresa indignada, al leer sus páginas de la edición de hoy, domingo. Ayer, el día en que ya no apareció el Director del diario, crítico recurrente del gobierno CORRUPTO de Alan García, la portada ya era de vergüenza. ¿Sí la vieron? Algo así: "Baja la gasolina, gracias a las medidas del Gobierno". No sé si lo leí mal pero le faltó un "¡bravo y hip hip urra por Alan!" o quizás sí estaba ahí, no perdí el tiempo en leer todas sus páginas.

Hoy la portada: Mulder "choca con Simon". Foto amplia de los caninos gestos de Mauricio. El rostro severo e implacable. Esa portada don Mulder la tiene que coleccionar. Yo creo que la pondrá pegada en la pared de su oficina en un marco dorado, algo apropiado.

Sigamos leyendo titulares del diario:



-"Rómulo León no quiere que lo imiten como rata". Bien, o sea, ahora vemos por donde va la nueva línea editorial del diario. No sólo es el estrenado portavoz del gobierno, sino que también se convertirá en el difusor de las querencias y exigencias del CORRUPTO Rómulo León. ¿O estamos hablando del mismo trabajo?

Ah, pero qué tendencioso es usted. ¿Por qué no revisa los interiores del diario? Ok. Vamos.

-"Sube la aprobación presidencial". Ah vaya. Eso le debe alegrar mucho al Presidente. La nota agrega que quizás esto se deba a la "posición firme que él ha tenido frente a los petroaudios". Qué buen terciopelo la que se maneja esa franela.

-"Dicen que salud de Fujimori desmejora". Uhm, pobrecito. ¿Habría que indultarlo, no? Alan, no seas severo con este anciano y demuestra tu buen corazón.

-"Apoyarán a las regiones". ¡Eso! ¡Vamos, carajo!, que a este gobierno no lo para nadie. Ni menos una tira de mentirosos blogeros y periodistas sarnosos que les gusta desestabilizar al país con información y seguimiento a la CORRUPCIÓN. Pero si eso no importa. Lo que vale y cuenta es que el aprista y Presidente del Congreso, Javier Velásquez Quesquén, anuncie que se va a destinar un dinerito del presupuesto a las regiones para su desarrollo. ¡Bravo!

La prensa tiene cada vez mayor descrédito. Acaban de asesinar a Perú.21. Yo sugiero que ya nadie compre ese diario. Es una burla que ayer ni siquiera hayan tenido, un poquito, la astucia de enmascarar su nueva línea editorial de apoyo al gobierno. Si antes ese diario le metía palos, ahora, con una premura de cuadrada militar, le endilgan alabanzas y mimitos. Qué porquería.

Algo curioso. Siguen publicando a Heduardo, y él sigue ahí dándoles finos pellizcos. El de hoy fue con turbo y voltereta incluida. Magistral. Lo resume todo:




"Gracias Rómulo León por permitirnos saber quién es quién en el periodismo nacional"


"Gracias Rómulo León por descubrirnos que la libertad de expresión sólo es una ficción"


"Gracias Rómulo León por recordarnos que poderoso caballero es don dinero"


"Que Dios os premie porque éste sí es un verdadero servicio a la nación"


Amén. Que le den la Orden "El Sol del Perú" en el grado de Gran Cruz.

Yo regresaba, ya de noche -en los burros, esos buses blancos enormes Daewoo-, de mis clases de periodismo en la Pontificia Universidad Católica del Perú. Una figura femenina a un costado de la pista repartía algo. Estiré mi brazo para no perderme el regalo. Estaba decidido a tener un ejemplar porque, a medida que la Daewoo se acercaba a la figura de curvas, noté que se trataba de un diario, o algo escrito en varias páginas en formato tabloide. No podía perderlo. Tenía que saber qué decía ahí. Se llamaba Perú.21. Y tenía el sello de CORTESIA. Lo estaban regalando. Era un nuevo diario y esa su edición cero. Luego, también en la Universidad, en mi clase de Redacción con Carlo Trivelli, nos entregaron copias de diarios. Se trataba de identificar cómo se escribe correctamente una columna. Había muchos ejemplos de cómo no hacerlo. Dentro de lo correcto estaba la firma de Augusto Álvarez Rodrich.

Perú apesta. Lo siento hasta aquí, a miles de kilómetros, y no me perturba el olor de otras rarencias. Esos señorones que se han estado cargando en peso al país, con sus mentiras y sus sucias jugadas, no piensan amedrentarse por algunos ciudadanos. Harán de todo por seguir dirigiendo, controlando, ordenando, fiscalizando y haciendo de la "faena" un sustantivo que significa inexorablemente: el trabajo diario de ganar más dinero a cuestas de un país de mierda, de gente bruta y voluntades arrodilladas. Un faenón.

Eso creen.

¿Qué poder tiene la gente que no lo acepta?

Casi no escribo en el blog porque he visto que otros lo hacen muy bien. Su labor es de mayor importancia. Allí blogs como el del señor Alejandro Godoy. Hay que seguir hablando. Protestar. No aceptar la mano sucia que templa al bosque furioso.

octubre 07, 2008

¡Taxi!



Llegar a un lugar desconocido es una aventura. No sabes qué es aquí, qué hay más allá. Las calles te son ajenas, las direcciones novedosas, los autos sin sentido se te van a la nada. Es como empezar grietas en el universo. No sé si esto es claro. Me refiero a un mundo nuevo que a cada tramo se abre a tus ojos. A la vuelta de la esquina unos huecos grandes llenos de agua del cielo encharcada te dan su luz. No se espante encontrar un caballo amarillo gigante.

Estas pequeñas conquistas personales en el mundo están acompañadas de un personaje: el taxista. Hoy pienso en ellos pues me he topado con un gracioso. Le doy la dirección y el coche va por otro rumbo. Lo sé porque nos hemos detenido a preguntar -a petinción mía- y la amable señora que nos orienta dice que estamos lejos del lugar al que pretendo llegar. La lacra que está a mi costado tiene una cara de embustero distraido arremangando el orificio sur en ensayo de un plácido silencio. Llamo por teléfono. Le dan las indicaciones que no puede desconocer. Arranca.

-¿Estaba lejos no?- le comento con sarcasmo. Él no lo entiende.
-Sí, y por aquí no pasa mucho taxi.
-O sea que va estar difícil salir.
-Si quieres te doy mi teléfono y me llamas cuando sales.
-A ver.

Me da su nombre. Agrego la "m".

Al menos es bueno saber que esta especie no abunda. La mayoría son de otra clase. Algunos de ellos mis amigos y cada vez que viajo llamo a uno especialmente. Tiene salsa selecta en su unidad. Por él conocí a los Diablos Locos. Ahora escucho esa música y ya no me acuerdo de...

octubre 02, 2008

No hay melones



Crisis financiera. No hay melones. No hay melones en mi vaso grande de frutas con yogurt. Sólo plátanos y papaya. Oh, diablos, te das cuenta que la crisis sí te llega, que por fín la sientes. No, es tu idea, qué tiene que ver la crisis de Estados Unidos con los melones de estas tierras, no seas extravagante ni ridículo. Esto no es la bolsa, se trata de melones redondos y jugosos. ¿Ah, no? Qué pedazo de tontería. Pregunta y verás:

-¿Oiga, porque no le puso melones? Hace varios días que sólo plátano y papaya.
-No hay melones, joven. Muy caro. Ni los mismos comerciantes del mercado lo compran porque está tan caro. No hay.
-Ah...

¡El camión! Un peso más. Todo sube. ¿Sabes, qué no sube? ¡El sueldo! Bueno, además de eso, que es la respuesta más trillada, de lo más primario. Además de eso, vamos, tú puedes, haz un esfuerzo... ¿No sube... al poder alguien con la suficiente decencia de hacer algo por no robar, repartir equitativamente la riqueza y sin resquicios de ezquizofrenia o retardo mental para inventarse guerras en pro de intereses particulares y miserables?

-¡Uao!, no había pensado en eso...
-¿Qué pensaste? A qué te referías...

septiembre 22, 2008

Me vieron muerto

¡Ah, sumamente curioso! No pude evitar algo de fulgor en los pelos que me envuelven al oír que me vieron muerto. ¿De qué se trata? Mi desconcierto era aun mayor, pues la persona que me relató esta -si se quiere- macabra visión, empezó su alocución con un contundente "te vi muerto". Palabras, creo, nunca antes puestas frente a mí. Le hice algunas preguntas rápidas del tipo ¿cómo?, ¿de qué hablas?

Y ahora que lo recuerdo mi expresión facial era de gozo o de alguna especie de ridícula incredulidad. Cavilo cuidadosamente en la posibilidad de que en menos de un segundo pudo existir en mi cerebro esa duda metafísica que acompaña con gracia a ciertas personas. ¿Qué soy yo?

Frente al espejo y arrobado como chispa de vela por el viento que la agita miro mi rostro. No yo. La imagen no es la voz que piensa y se interroga, no son míos esos contornos y esa sonrisa siempre dispuesta. No puedo olvidar ese instante. La bombilla amarilla, el espejo de marco dorado. De cabeza.

Esta persona que atrajo toda mi atención me dijo las circunstancias de su comentario inusual. Estaba, me cuenta, dispuesto yo en un ataúd con algunos de los implementos que me caracterizan. Recuerda que le asombró verme en tal estado y hasta preguntó:

-Pero por qué tiene puesto eso, si ya no lo necesita.

Alguien le dijo:

-Así era él.

septiembre 17, 2008

Amo a mi hermano mexicano



Amo el canto de zenzontle
pájaro de cuatrocientas voces,
amo el color del jade
y el enervante perfume de las flores,
pero más amo a mi hermano: el hombre.
(Netzahualcóyotl)

Otros gritaban porque la muerte los alcanzó. El lunes 15 de septiembre del 2008 la violencia escupió la bandera mexicana con sangre.

septiembre 14, 2008

Esperando el gol peruano



Llegué tarde a mi departamento el miércoles. Busqué en los canales de cable si todavía pasaban o repetían el partido de Perú con Argentina. No sabía la hora del encuentro, pero busqué mucho, hasta casi la una de la mañana. Seguramente aquí en Veracruz casi nadie más hacía esto. No he visto ningún peruano en todo el tiempo que llevo en este país.

Al día siguiente mi amiga Lorena tenía en su nick "un empate con sabor a victoria" o algo así, que me disculpe ella si la cito mal. En la noche del jueves me encuentro con el partido en televisión. Los últimos 20 minutos, me alegré, con mi coca (cocacola) en la mano y unos cacahuates (maní) japoneses me puse a disfrutar como todo peruano que ve a su selección. No recuerdo si afuera llovía, aunque da igual, aquí casi todos los días llueve. El hecho es que pensaba que el empate al que se refería Lorena era el cero a cero que estaba viendo. Me pareció, analizando en ese instante, de lo más mediocre creer que un empate pueda tener algo de alegría si se juega en Lima. No lo entendía. Cuando llegó el gol argentino, la cosa cambió. De inmediato supuse que se venía el gol peruano, pero igual no llamaría a ese empate una victoria. Los minutos pasaban y ese gol no venía. Me angustiaba y la coca se me acababa. Por cierto, menuda adicción de los mexicanos a los refrescos (gaseosas). Me he convertido. A la semana debo tomar mínimo unas siete cocas. Les estoy haciendo millonarios a los chicos de la CocaCola. Dicen que en EEUU les va muy mal y que México prácticamente los está salvando... bueno, pero ese no es el punto.

Cuando faltaban apenas segundos y vi la pelota en las piernas de Messi y en plena área peruana juré que todo estaba perdido. Empecé a enojarme con Lorena por darme esa fatua ilusión, a no entender a qué empate y victoria se refería si, lo que estaba viendo a colores, era mi primera derrota de la selección en televisión fuera del país. No daba ni 10 centavos por un gol peruano, todo estaba perdido. Tal como pensaron muchos de los que asistieron al estadio y empezaron a abandonarlo antes de que se dé el pito final. Eso me entero por la columna de Pedro Ortiz. Pero no. Grité ¡GOOOOL! como un loco aquí sin un coro que me acompañe en las calles y en las otras casas. Juan Vargas es un grande.

La incertidumbre dispara la felicidad. La última jugada, el último segundo y Perú pudo gritar el gol. Entiendo ahora el sabor a victoria. ¿Habrán más alegrías para nuestra selección?

A inicios de junio, cuando llegué a México, un día antes jugaron mexicanos y peruanos. Fue una goleada a favor de los primeros. ¿Viste el partido?, me preguntaron los amigables mexicanos que me recibieron. Yo estaba viajando, les dije que no. "No importa, chavo, te lo grabamos". Es bueno que no me interese mucho el fútbol, pero es malo no tener una selección de la cual presumir fuera del país.

Foto: Rio Negro

agosto 31, 2008

Detrás de un México iluminado




¿Qué hicieron los criminales el día de la marcha por la paz? ¿Estaban torturando, asesinando o violando a alguien? ¿Estaban viendo la tele y oyendo el himno nacional en miles de sus compatriotas en un grito de paz? ¿Planeando su próximo secuestro con una llamada a algún funcionario público? ¿Alguno salió por cigarrillos y vio una familia completamente vestida de blanco preguntar por velas?


La respuesta la da El Universal: estaban trabajando. La señora Laura Martínez pagó con su familia el rescate para su hijo. ¡En plena marcha! Citaron al padre de la víctima en el Ángel de la Independencia a las cinco de la tarde y efectuaron el cambio por su hijo, de 12 años, fuera del edificio de la Comisión Federal de Electricidad. La familia no denunció el hecho por falta de confianza en las autoridades. Ellos se irán del país.

La tercera marcha en 11 años y las demandas son las mismas. Qué nos dice que las cosas cambiarán esta vez. Luego de la marcha del 2004 los secuestros se redujeron, aunque luego aumentaron con furia. Se diría que el grito alcanzó a tocar alguna fibra, que alguien hizo lo que realmente tenía que hacer. No fue ni de asomo suficiente. En los años recientes los secuestros se han disparado hasta poner a México en el primer lugar a nivel mundial en ese tipo de delitos. Según cifras oficiales en el año 2007 habrían ocurrido 438 plagios. Las cifras más reales calculan alrededor de 6 mil.


Las autoridades no van a hacer su trabajo ni van a renunciar. Es lo más posible, lo más canalla, pero cierto. ¿Qué hay que hacer? La solución no es tan sencilla e implica un trabajo de fondo desde cada persona en la implantación de una cultura de la legalidad. La corrupción es tan extendida y habitual y la injusticia tan descarada que es el ambiente perfecto para el cultivo de prácticas deshonestas. ¿Se podrá dejar de ser corrupto? Qué difícil: a nadie le interesa y todos se acomodan.


Los secuestradores también deben tener familias. Alguien que los quiera y a quien querer, como decía la madre de Silvia Vargas, joven secuestrada hace casi un año. Deben tener hijos a los cuales llorar. ¿Cuánto nos parecemos todos? Esa apatía se extiende más. No es exclusiva de ellos. No se respeta al otro. Los ejemplos sobran. He allí el origen de todo. La indolencia campea. Sumemos a eso un gobierno ineficiente y no habrá luz que ilumine lo oscuro de la indiferencia.

La marcha fue una voz y un canto valiente. La violencia no se detuvo, no oye, no voltea. Es una bestia viciosa. No respeta.

agosto 26, 2008

La Farmacia de Dios



Las farmacias son las tiendas de las refacciones humanas. Llevas la maquinaria dañada porque le hace falta una pastilla, algún líquido jaraberoso o una venda que parche la rotura del cuerpo. Los humanos tenemos boca con la que podemos protestar. Somos máquinas parlantes. Tengo un dolor que se hace grande a finas punzadas. Llego a uno de estos establecimientos que se ha puesto de nombre Farmacias del Ahorro... no estoy seguro... voy a buscar la caja de pastillas que acabo de botar al tacho... Sí, así se llama.

Como todo humano de máscaras no demuestro mi dolor. Hablo con atención, saludo y solicito mis pastillas. En Farmacias del Ahorro me dan el costo de los implementos que me curarán. Es caro (bien dicen que se proclama lo que se carece). Pero no hago objeciones. Deme esas pastillas. Espere un momento, también tenemos este otro producto que tiene la misma fórmula. Ni hablar, no compro eso, quiero lo que un especialista de las máquinas humanas ha puesto en este papel. Pero soy amable: le hago creer que examino la oferta. Mis ojos pasan las letras, me tomo un par de segundos. Le digo que quiero las del papel, el mismo nombre, nada de sinónimos o equivalentes. Pago. Siento la punzada ampliando su campo de acción. El mal me posee. Mi cuerpo grita. Pero somos humanos y educados. No hago gestos. Reviso las pastillas, las fechas y la legalidad. Creo que todo está correcto. Pido, por favor, si es tan amable, un vaso de agua para tomarme la cura inmediatamente. Le mando una señal a la parte afectada. Ya casi viene, no duelas tanto, un ratito más y te daré el antídoto.

Con brusquedad indiferente me dicen que no hay. No hay agua en esa farmacia. Odio su maldito nombre. Miro a la tipeja directo a los ojos. ¿No hay agua?, vuelvo a preguntar con protesta, incredulidad e indignación. La indiferencia se hace mofa y de su traje blanco, sus símbolos, su pelo pintado, sus dientes amarillos y sus labios amargos le dice a todo mi ser que ni para su persona hay agua en ese establecimiento. Menos para ti, cliente, le faltó decir. La información llega a la parte afectada. Extraño pero ya no me duele, se detiene en su marcha. Se calla. Se figura que ante la salerosa puñalada del enemigo hay que ser solidarios en uno mismo.

Lanzo algunas protestas. Me ofrecen aguan a cuatro pesos. Me largo del lugar.

Su nombre es valiente y curioso: Farmacias de Dios. No imaginé que a alguien se le ocurriera poner semejante nombre a un establecimiento comercial de salud humana. ¿Por qué te llama la atención?, me pregunta Eli. No se trata de cualquier farmacia, Eli, no es la Farmacia de los Rodríguez, la Farmacia de Calderón, la Farmacia de fulanito, es la Farmacia de DIOS.

Puede resultar temerario ponerle semejante nombre. Parece que les va bien. Tienen varias tiendas. Me pregunto qué otros negocios podrían usar ese apelativo.

Entro por una parchada a Farmacias de Dios. Pido un vaso de agua aunque no haya comprado pastillas. Me lo dan. Les estoy tan agradecido que me alegro en su nombre. Paso otra vez por Farmacias del Ahorro. Pienso en publicar su bajeza y mal trato.

Por cierto, ya sé por qué tienen ese nombre. Qué tonto soy. Son del Ahorro porque ahorran el agua que le deberían proporcionar a sus clientes. Ahorran el bidón. Ahorran personal racional y humano. Todo eso a cambio de sequedad y unas bravuconas de mostrador.

agosto 16, 2008

Llantas a la ley


La información proviene de El Mundo de Córdoba. Arturo Ruiz Martínez comete una falta de tránsito con su coche. El Agente René Houdini le señala la infracción. El conductor lo atropella. Lugar del hecho: Avenida 3 y Calle 1. Al costado de Palacio Municipal. A una cuadra de la Policía de Tránsito. Frente a la Catedral. En el mero centro de la ciudad. ¿Qué significa esto?

Según ese cerebro: Uno puede gritarle a la autoridad que no tiene la razón, alegar que anda apurado y que se deje de tonterías, arrollarlo a discreción si el uniformado ofrece resistencia. En Córdoba no hay ley que valga si se tiene poder. Y una buena pasada con llantas es el mejor escarmiento para policías inconscientes que quieren hacer respetar las normas.

Si el alcalde Juan Lavín quiere que Córdoba siga avanzando con fuerza y dejar pasar este caso alegremente, le recomiendo:

Eliminemos a la Policía de Tránsito. Nos evitaríamos altercados, oficiales agredidos y las pistas estarían más libres para sujetos del ímpetu del señor Ruiz Martínez.

agosto 09, 2008

El Presidente que no llegó a Córdoba

Un grupo de habitantes de la colonia Colorines en Córdoba no pudo ver a Felipe Calderón. Ellos tampoco querían verlo a él. Querían saludar a Fidel Herrera, el Gobernador de Veracruz. Yo los encontré tomando refrescos y molestos. Me metí entre ellos, eran un grupo de 35 personas calculo. Les mostré mis credenciales. "No queremos a la prensa", gritó alguna o alguno, estaban acalorados. Me fui hasta el centro mismo de la muchedumbre y hablé con su representante. Me invitó un refresco, el cual, como manda la política, rehusé aceptar en primera instancia, pero insistió diciendo: "Toma, toma, además yo no pago, jajaja". Ante esa jocosa insistencia, y viéndome rodeado de todos ellos, y ante la idea de que un rechazo es una ofensa, acepté. Lanzan injurias contra Felipe Calderón.
Un grupo de perredistas levanta pancartas de insultos contra el presidente. Se lanzan con más descalificaciones, quejas y protestas contra él frente a los micros. Desde que tomaron una dependencia policial en Córdoba, no les presto mayor atención. Quien viola las leyes de manera tan escandalosa no puede estar pretendiendo que se le tome en serio.
Ella vino con toda su familia. Quiere ver al Presidente. Sólo que la separan unas cuatro cuadras de la nueva clínica del IMSS que sería inaugurada. Su niña, de unos cuatro años, le pregunta: "¿Vamos a entrar mamá?". "No mi hija, no podemos, ¿no ves la reja?". La pequeña hace un movimiento rápido y atraviesa la reja verde oscuro. "Yo sí puedo".
Me encuentro a otra mamá en el centro de acreditación, allí donde sólo entran los invitados que tienen que pegarse un sticker horrendo en la ropa. Empezamos a hablar. Me enseña la carta que ha escrito su hija. Le digo que soy periodista. Ella corre y trae a su niña, me la pone en frente, saco la grabadora y le digo a ella, que tendrá unos 10 años:
¿Nos puedes contar, dentro de lo posible, qué le escribiste al Presidente en tu carta?
...
Le tomo unas fotos. La mamá sugiere darme la carta. Dice que ya se tiene que ir. No la acepto, le digo que quizás puedan ver a Calderón, que espere un poco más, y sé que miento de la manera más flagrante.
De acuerdo en que Felipe Calderón fue elegido presidente de México por una pírrica mayoría. Que la oposición es fuerte y que llegaba de visita a un estado y una ciudad priista. Pero, los del PRD no sumaban más de 17 personas, los del PRI unos 40 y tantos. Entonces a qué le teme.
"A la delincuencia joven, al crimen organizado". ¿Ah si? Pero si acaba de invertir no hace mucho unos 226 millones de pesos en su seguridad personal. Así que su pellejo anda bien resguardado. Cualquier cordobés pudo comprobar esto, con el despliegue de efectivos policiales federales, estatales, militares, patrullas y tipos medio brutos, como el que me topé en una reja y a quien tuve que repetir más de una vez mi inquietud, porque se le hacía difícil el idioma español. Un par de monosílabos y pudimos comunicarnos. Este cerro de músculos daría la vida por cualquiera, no porque tenga valor en sus huesos, sino la ignorancia al uso oportuno y a flor de piel.
Felipe Calderón no vino a Córdoba. Yo me resisto a creer que así fuera. Quizás llegó al IMSS, a ESBAO, pero a Córdoba, a ver a los cordobeses, a esta tierra, ni se asomó.

julio 20, 2008

"A qué hora cierra"

El primer libro que me recomendaron leer algunos amigos mexicanos es "El laberinto de la soledad" de Octavio Paz. Llego a la biblioteca de la ciudad. Le digo a la persona que guarda las maletas en la entrada "hasta qué hora abre". Ella me corrige: "No, querrá decir, a qué hora cierra".
Lo curioso es que yo leo a Octavio reflexionando sobre los mexicanos y me encuentro esto escrito. El mexicano cerrando, nunca abriendo, el reservado, el que no se entrega, el que nunca "se raja". Claro que para mí es algo contradictorio. He encontrado mexicanos muy amables y para nada cerrados, todos ofreciendo y entregando. Aunque, ahora que lo pienso, todas estas personas han sido mujeres. Sí, casi todas mujeres, sólo mujeres. Ellas tienen la raja, están abiertas, dice Octavio.
Supongo que es lo maravilloso de escribir. No lo entendía. Pero ahora veo que todo ese mundo de maravillosas, amables y atentas personas está integrado en un 99 por ciento por mujeres mexicanas. Esto no excluye, ni quiero decir, que la entrega humana de los mexicanos se vea representada sólo en sus mujeres, y, por lo contrario, la actitud recelosa sea exclusiva de los hombres. Nada es absoluto.
Me sorprendió tanto la corrección que me hicieron y, luego, encontrar en las palabras de Octavio una explicación de algo en lo que no había reparado, y más ahora, entenderlo de manera completa. Me pregunto qué pensarán los mexicanos, ¿estarán de acuerdo? No entrando en el análisis de las implicaciones de la actitud hermética, ni en sus causas -para eso vayamos al libro- me pregunto si coincidirán en ello.
Me gustaría saberlo.

julio 12, 2008

¿Cómo se siente tener un IPhone 3G?


Me dice mi editor que vaya a hacer un mystery shopper a la tienda de Telcel para ver el nuevo IPhone 3G. Afuera hace calor, más de 27 grados, dentro de la tienda la cosa no mejora. La verdad no tengo mucha idea de qué va el famoso IPhone 3G. No soy muy dado a la tecnología, ahora incluso sobrevivo sin celular. Pero ahí estoy yo. Entre con el paso seguro, sonrío a la gente. Pregunto a la señorita junto al café: quiero saber sobre el IPhone 3G. Me señala a otra señorita, de un peinado más compacto y traje azul, me acerco: quiero saber sobre el IPhone 3G. Se acerca un hombrecillo de terno impecable, también con el peinado más compacto (¿cuánto gel le echan a eso?). Ella me explica algunos detalles, el hombrecillo me mira, ella dice: "quiere pasar a aquella ventanilla para que le den más informes". Sonrío y digo que sí. El hombrecillo me invita a un café mientras espero. Y ahí lo tengo, junto al café, el famoso, el novísimo IPhone 3G. Puedes tomarlo, me indican. ¿El café o el IPhone 3G?

Diminuto y estupendo aparato. Un IPod, un celular y navegador de internet. No había visto tanta rapidez para navegar en un celular antes. Su tecnología cover flow te permite pasar fotos a lo Tom Cruise (Minority Report). ¿Si vieron ese film? Tom maneja una computadora que se activa en el aire, lo hace con sus manos, sus dedos. Con el IPhone 3G sólo necesitas una pantalla en tu mano. Tener un IPhone 3G te hace sentir especial y, sobre todo, la persona más "civilizada" del mundo (ojo Apple, espero mi cheque al correo). ¿Cómo funciona? No necesitas ningún manual para averiguarlo, es sencillo. Olvídate de la pregunta "¿para qué sirve este botón?". ¡No los tiene! (bueno unos tres por ahí), todo lo haces al instinto de tus dedos con su pantalla Multi Táctil (¿Apple eso merece otro cheque?). Y si usted no se convence aún para vender la joya de la abuela y comprarse un IPhone 3G now, piense en esto: su tecnología GPS con mapas te permite ubicarte en el mundo. ¿Dónde estás? Pues déjame que no lo piense, que lo haga mi IP3. Si bien su cámara sólo tiene una resolución de 2 Mp., lo compensa bien la pantalla amplia y la manera divertida de administrar tus fotos. YouTube, Hotmail, Google, todo está allí.

Terminó mi café. Es mi turno en la ventanilla. Precios. Detalles tecnológicos. Planes de compra. Lo tengo todo y hasta me lo imprimen. Soy un cliente. Digo, gracias. Todos sonríen. Regreso por el Iphone 3G, no puedo evitar volver a tenerlo una vez más y ¡hacerlo!

La vida es miserable. De la vaca a la leche, de la leche al queso, del queso a la rata, de la rata a los laboratorios, de los laboratorios a la morfina, de la morfina a la industria, de la industria a la televisión, de la televisión a la brutalidad, de la brutalidad a la democracia, de la democracia a la globalización, de la globalización al aislamiento.

Solo. ¿Te pondrás a escribir esto desde el IPhone 3G?

junio 29, 2008

La muerte de un periodista


Sé que hace unos días murió el periodista Jorge Salazar. No he podido escribir nada y hasta ahora se me hace difícil, sobre todo por dos razones: no soy nadie para decir algo y es de mal gusto (como diría él) hablar de alguien cuando ya no está presente. ¿Para qué?

Entonces no quiero hablar de Jorge Salazar, de lo buen periodista que fue, de los cargos que ocupó, de los premios que ganó, de sus principales cualidades y gustos, ni nada que se aproxime a eso.

Me da un poco de pena esto de la muerte. Desde que sé que no hay nada más allá, me alarma algo. Cuando se acaba el negocio, todo se va a la mierda. Aquellas vivencias que vamos teniendo cada día son lo que realmente vale, aquellos pequeños triunfos, esas sonrisas. ¡Ay!, si uno pudiera llevarse, vamos, aunque sea una almohada, un par de centavos para el camión, nada, la muerte te arrastra calato, sin cuerpo, sin sangre, sin neuronas y sus maravillosas conexiones, te expulsa al mundo, al final de una calle, al empiecito de una nariz de pelos grises, al unísono chubasco de las madrugadas, al mojado rincón de los grillos. Yo lo sé. Todos lo saben. En el momento del final no se va el alma, que no existe, que es un cuento, que está bueno para sentirse especial; se van tus ideas, tus recuerdos, tus convicciones y miedos, todo eso esparce al mundo como energía, a regarse como se pueda y se venga. Es más cierta que nunca esa frase que dice: "no somos dueños de nada".

Él ya andaba enfermo. Ahora es del mundo. Yo espero que en el aire, en el baile de un grano de polvo que perciba en la cocina de un buen lector atestado de libros un hilillo de un buen plato de comida y el rumor de un gol.

¡Los periodistas nos merecemos más, carajo! Uno anda buscando la verdad, ¿ya no estamos ganando más batallas que nadie?

junio 28, 2008

Apatía en el Golfo

Yo sé que quieres cambiar el mundo, me dicen. Salgo a la calle ajustando mi mochila a mi torso ahora delgado por la falta de comida. Sé que pronto comeré así que mi cuerpo se calma y anda conmigo. Llego al paradero o parada de camiones como le llaman en este país y me doy cuenta de lo pequeña que es. Yo no puedo entrar en esto si estirara todo mi cuerpo y no agachara la cabeza. No necesito intentar encontrarme con el metal, a cierta distancia sé que estoy en lo cierto. ¿Qué comeré hoy?
Ahora vivo en Córdoba, una ciudad en el estado de Veracruz. Ayer por la tarde convocaron a una marcha por la seguridad ciudadana, esto a raíz del asesinato de Karina Reyes, una joven estudiante de la Universidad del Golfo de México. Secuestrada y luego muerta. Esperaba si no ver a parte de la población, al menos a muchos estudiantes de esa casa de estudios. No fue casi nadie. Pude contar 47 personas que empezaron la marcha y 46 que la terminaron.
Alguna prensa, la mayoría, los esperan en la Plaza, muy cómodos para tener una foto y hacer preguntas desubicadas. Un discurso breve, unas palmas y se acabó. Todos a casa. ¿Dónde estaban los estudiantes de la Universidad? ¿Muertos de miedo en sus clases o rascándose una oreja frente a la televisión hogareña? Los pocos, los valientes, los verdaderos ciudadanos estaban furiosos ante la apatía de la población. No reproduzco sus opiniones pues no me siento de lo mejor hablando mal de una tierra que -en lo poco que llevo aquí- me ha dado sólo satisfacciones personales.
Y hoy tenía que hablar. Denunciar. Pues el verbo si casi estéril casi nada sólo en mí. Comí pollo a la naranja con tortillas y arroz blanco. Vine a escribir.

junio 05, 2008

La mentira en el medio ambiente


Créanlo o no el medio ambiente también está compuesto por seres humanos. Y ya que acabamos de celebrar el día mundial del medio ambiente dediquemos este post a la especie que busca destruir el planeta de costa a costa y a toda costa.

Me pregunta mi padre ¿por qué es tan perversa la mentira? Pues porque el deshonesto, dentro de su cabeza -en ese escenario imaginario burdo que le corresponde-, elimina todo lo que le rodea para obtener un resultado a su favor inmediato a través de una realidad falsa. Esto, aunque no parezca fácil de entender, provoca desarreglos al sistema de convivencia universal que casi siempre conducen a graves accidentes para todos. Es quizás oportuno tener en cuenta los siguientes dos aspectos. Uno práctico y cotidiano y otro de orden científico y más riguroso.

Pensemos en la frase muy conocida: "la verdad siempre sale a la luz". Y cuando la verdad se abre paso, ay, cómo le va a la pobre y endeble mentira, se escurre sucia en su propio barro maloliente. El daño, sin mucha exclusividad pero sin fallar, recae en el embaucador. Aquello de la fábula del pastor y el lobo nos habla sobre la pérdida de las ovejas, pero no dice nada sobre el final del embustero pastorcito, para mí que le dieron tremenda paliza. Esopo se ahorró esos detalles.

"El efecto mariposa", en el marco de la teoría del caos, nos habla de lo que puede causar el simple aleteo de una mariposa: un furioso tornado. En el mundo ocurren muchas cosas que no venos. Ya no sólo hablamos de átomos, sino de de neutrinos atravesándonos una y otra vez. Es una locura. Tú lanzas una piedrita al lago, la moneda a un pozo, y realmente puedes esperar que tus deseos se cumplan. Claro, tienes que tener en cuenta que el "ambiente" no necesariamente tiene la velocidad que esperas.

La mentira es una forma de atacar la realidad. De esculpir engendros y destruir órdenes. Los animales ni las plantas andan por ahí inventando cosas. El fraude desgasta ánimos, pierde voluntades y arrastra cambios no previstos en el ambiente. Si es aquí donde estamos todos, en la misma caja de comunes y habituales, sin más dónde ir, ¿a qué sitio podría descargarse esa frustración, esa ira? Esa energía no se pierde, se transforma. La mesa que golpeaste, las lágrimas que derramaste, la sonrisa que ahogaste.

De por sí vamos a un ritmo y al planeta no se le ocurrió que la especie humana tuviera representantes que usaran la imaginación para mandar el mundo a la mierda. Está bien plantar arbolitos. Pero hay que saber si esas manos no andan manchadas de algo y por fertilizante hagan pasar insecticida. La mentira es muy perversa. Y como es una cualidad humana, tanto peor.

mayo 28, 2008

Perras vidas


Me gustan los perros. Les tengo un afecto especial. De niño me gustaba besar su nariz fría, siempre quise morderla, pero no llegué a tanto. Esta semana la mayoría de diarios de Lima tenían en portada al "mataperros". No hay quien lo defienda. Todos parecen mostrar sensibilidad hacia el pequeño can. Perfecto. De acuerdo. Ese señor se merece un castigo severo, el que corresponda, no sólo por asesino, sino también por mentiroso. Pero, ¿este tema da para tanta vitrina en medios? ¿No ocurren otras noticias de similar importancia, quizás mayor, que merezcan también alguna atención especial?

Por ejemplo: Acaban de desenterrar más de 80 cuerpos de hombres, mujeres y niños en Putis, Ayacucho, de la fosa más grande del Perú. Matanza que fue realizada por miembros del Ejército Peruano en 1984. Según testimonios recogidos por La CVR: "Los soldados reunieron a los hombres apuntándolos con sus armas, y les ordenaron cavar detrás de la iglesia diciéndoles que construirían una piscina para criar truchas. Ochenta campesinos fueron asesinados sin explicaciones y enterrados en la fosa. Los demás fueron reunidos en pequeños grupos, asesinados y enterrados en cinco fosas. Aparentemente, se sospechaba que los campesinos estaban involucrados con Sendero Luminoso, pero también habría existido interés de los soldados por el ganado perteneciente a las víctimas, que vendieron poco después del hecho". César Hildebrandt ha escrito una columna imprescindible. Los invito a leerla.

Es paradójico. Todos nos hemos aprendido el nombre del perrito limeño: Matías. ¿Pero alguien se sabe el nombre de una de estas personas de la sierra? ¿Tan lejos se les hace ese mundo? ¿Tan anecdótico es este asunto? ¿Niños acribillados? ¿A esa miseria humana le llaman efectos colaterales de la guerra interna? Germán Vargas, director nacional adjunto de la Asociación Paz y Esperanza, ha criticado la falta de colaboración del Gobierno en las investigaciones de este hecho. Qué podridas andan algunas almas. Porque para difuntos, tenemos hartos hediendo en el poder e infectando sus linderos. Ya lo dijo Manuel González Prada: "La muerte moral se concentra en la cumbre o clases dominantes. Nos parecemos a los terrenos que surgen en el Océano y llevan en las capas superiores los detritus de la vida submarina. El Perú es montaña coronada por un cementerio."

Qué pesimista he sido. ¿Qué tal un mate y un sueño apacible prodigándole elogios al buen Zeus y sus divinas influencias olímpicas? Matías, pequeño chascoso, no te ofendas, es sólo que a unos se les da por pensar también en sus hermanos.

Foto: Asociación Paz y Seperanza

mayo 27, 2008

Aló, ¡Chemo!


Suena el teléfono. Contesto. Aló. Una voz con un dejito español empieza a hablar sobre unas promociones de alguna empresa de teléfonos. No le cuelgo. Me intriga esa voz. Se me hace conocida. Él se encarga de resolver el misterio: "Tú ya me conoces, soy Chemo del Solar". ¡Ajá! Y se manda con más blablablá sobre lo que pretende venderme. Se toma su tiempo, tiene mucho qué decir. Pienso en colgarle. Pero me alucino que es cierto, que el entrenador de la selección peruana de fútbol me ha llamado a mí, que quiere mi consejo, que me ruega decirle qué hacer con los jugadores sancionados, que me pide por favor le dé la alineación del sábado contra España... Hasta que por fin acaba su monólogo y se despide de alguna manera.

No puedo negar el ingenio de esta promoción de telemarketing. Imagino al equipo creativo en la agencia de publicidad:
-Chicos qué hacemos, la empresa nos dice que las personas no escuchan las promos por teléfono, ¡nos cuelgan!
-Y si les ponemos una música de fondo.
-¿Qué música?
-No sé... alguna de moda.

(Silencio)

-Tú... estás pensando algo, dilo.
-Estaba pensando... y si hacemos que quien hace la llamada sea una persona conocida, alguien famoso...
-Me gusta...
-Claro, alguien como... Chemo del Solar.



Foto: Fotbolizados.com

mayo 24, 2008

¿Tirofijo está muerto?


La revista colombiana Semana informa que Manuel Marulamda Vélez murió. La noticia está dando la vuelta al mundo. Y hasta en la enciclopedia Wikipedia ya le pusieron la fecha de muerte: 22 de marzo del 2008. Con un mínimo análisis, ¿por dónde va la verdad en esta "noticia"? Teniendo en cuenta que esta información la dio el Ministro de Defensa de Colombia, Juan Manuel Santos, a una publicación y no a través de un medio oficial, la solución parece ser sencilla.

No es la primera vez que se especula sobre la muerte del líder de las FARC. Ya en 1972 el escritor colombiano Arturo Alape escribió un libro titulado "Las muertes de Tirofijo" y hasta el mismo Manuel Marulanda dijo alguna vez "yo oí, más o menos, unas 10 veces que me habían matado, pero lo que dicen los comentarios y mucha gente es que a mí me han matado unas mil 200 veces". Se le ha visto en público por última vez en el 2002. Dicen que sufre de cáncer. Y si nació en 1930 entonces debería tener 78 años. No faltan pues indicios para que ahora alguien hable una vez más de su muerte, pero si lo hace el gobierno colombiano, ¿qué quiere decir?

Esto parece ser un mensaje. ¿Y de quién se espera una respuesta? De las FARC, naturalmente. Cuando se hablaba sobre la supuesta muerte de Fidel Castro, él salió en televisión echando para atrás esa historia. Así que la noticia no radica tanto en lo que diga hoy Semana -muy afín al gobierno colombiano, por cierto- sino en la respuesta que pueda dar las FARC. Si es que Tirofijo está vivo y ésta es una patraña como las otras, debería salir algún indicio público de esa realidad y así, además, fortalecer la imagen muy venida a menos del grupo que lidera. Lo contrario sería casi confirmar la información y dar más señales sobre su derrota. Con la captura de 'Karina', con 24 años de guerrillera, la muerte del número 2, Raúl Reyes, y otras bajas, la mayor guerrilla colombiana estaría siendo finalmente abatida.

Muchos colombianos son cautos con la información, pero desean que sea cierta. Vamos a esperar una confirmación del gobierno, dicen. Si el Ministro de Defensa no es una fuente confiable, quién lo es. ¿Uribe?

Por lo pronto Juan Manuel Santos ya nos ha dado un dato más preciso al respecto: Tirofijo estaría "en el infierno". Lo cual es más provocador y llama a una reacción de la otra parte. Si todo esto ha sido de alguna manera planeado y corresponde a una estrategia, pues veremos en los próximos días cuáles son las consecuencias. El infierno para algunos, después de todo, no está en un lugar muy lejano que digamos.

mayo 01, 2008

No tan blanca como antes


Arequipa, mi querida ciudad, ya no está tan blanca. El cambio climático ha hecho que prácticamente desaparezcan los nevados que cubrían el Chachani, el Pichu Pichu y el majestuoso Misti. Gris. La mayor parte del año ahora el Misti está panza de burro y es un lujo y una emoción ahogada verlo de pronto una mañana ponerse un poncho blanco. Es muy extraño. Casi no ocurre. Y cuando ¡ya!, dura tan poco. Pero lo ofensivo de esta tragedia va además por otros rumbos. Hay "algo", un agente con patas, que también ha hecho que mi ciudad sea menos blanca: el señor Daniel Vera Ballón, ex presidente de la región.

Hace un tiempo visité Arequipa, cuyo centro histórico ha sido nombrado Patrimonio Cultural de la Humanidad en el año 2000. En esas calles, a una cuadra de la Plaza de Armas, se ubica la Iglesia San Agustín; construida en sillar (roca volcánica de color blanco), al igual que todos los templos y casas tradicionales. Luego del terremoto del 2001, que la dañó seriamente, mis ojos no podían creerlo al ver los trabajos de reconstrucción. ¡¿Qué demonios le pusieron como torre?!



Verde olivo, de cemento y hecho como para capilla de barrio. Cualquier persona, arequipeña o no, con un mínimo de criterio no pondría una torre tan horrorosa y desencajada como la que se erige sobre San Agustín. ¿Pero quién puede ser el culpable de esto? No fue nada difícil descubrirlo: su nombre etiquetaba el espanto con gran alharaca.


Arequipa ha soportado otros terremotos. El de 1968 se trajo casi abajo varios templos, incluidos San Agustín y la misma Catedral. Pero nadie, ninguna autoridad, hizo trabajo más brutal que éste. Francamente estoy desconcertado. He pedido información al actual gobierno regional mediante la solicitud de su página web y no he recibido todavía ninguna respuesta.


Dentro de la Iglesia podemos observar las placas del crimen; sí, en plural, porque al señor le gusta derramar infamia, que en su ignorancia debe saberle a gloria consagrada. Una en cada lado. En ellas vemos que esto se realizó en el año 2005. Han pasado tres años, Vera Ballón se fue del gobierno con denuncias de corrupción y es el actual presidente del Instituto Nacional de Desarrollo. Nadie dice nada de esto. Todos calladitos. Me sorprende que en Arequipa la opinión pública no se ocupe de este caso ¿O es que no les interesa? Cómo pueden caminar sin la repulsa que hierve bajo el Sol al ver esta chanza realizada contra la novia hecha de pincel. ¿Qué escribirán ahora los poetas en odas floridas? Tendrán que mirar a otra parte, como en el video del señor Francisco que aquí he colgado: "La Iglesia de San Agustín, puro sillar blanco... ah, ah, hasta ahí nomás".

Confío en que alguna autoridad sensata pueda realizar algo. Incito al pueblo de Arequipa, del cual ahora estoy lejos, para que remedie el daño realizado con la protesta enfurecida. Y así Arequipa siga siendo la Ciudad Blanca, con respeto a su historia, tradición y buen gusto.


abril 28, 2008

Mi mamá y el libro

Me ha dado malestar no escribir nada sobre el día del libro. Pero voy a dejar para ustedes un ensayo que escribiera hace un tiempo. Hoy tendría que agregar a lo dicho -estando a tiempo de hacerlo en esta época- mi homenaje a quien me ha enseñado el placer de leer: mamá. Para ti, con todo mi amor. Espero volver a escuchar en tu voz el "duende de la pared" y que me escuches inventarme un libro que nunca existió, sorprenderte e interesarte en ello.

¿Por qué cogerse un libro?

Un libro tiene la forma de un paralelepípedo. Tiene un peso que puede variar entre el peso de nuestro corazón, unos 275 gramos, y el de una roca mediana en las faldas de un volcán, unos 18 kilos. Sí, hay libros muy grandes. Existen los que huelen a tinta, a papel nuevo, a kerosén y los que por otra parte huelen a polvo y humedad y te hacen estornudar, sobre todo si eres alérgico como yo. Tanto podemos decir de su forma física, tanto… y las utilidades: ayudar a incendiar una casa; servir con sus hojas para ventilar nuestro rostro un mediodía especialmente caluroso; para que te den prestigio de culto e inteligente adornando la biblioteca del hogar y hasta para matar una mosca porfiada circundando tus alimentos de un plaf. Todo eso; y si alguien se burlara ante tales utilidades y pidiera más yo le contestaría: hombre, hasta para matarte.

He escuchado repetidas veces el argumento del valor, y tanto me aburren esas viejas teorías, esas copiadas y ociosas reflexiones que por prostituidas me veo obligado a escribir estas líneas, decía, he escuchado numerosas veces eso de que el libro tiene un valor por su contenido. Lo valioso escapa a nuestros ojos. El libro por aquello que nos dice, por aquello que podemos aprender. Caramba, agregaría yo, el libro por su alma. ¡Eso! ¿Y ante ello qué puedo decir?: ¡Cierto! Tienen toda la razón.

Sin embargo, dejemos eso para manidas exposiciones de cultura. Yo propondría otras ideas. Un nuevo sendero de discusión. Y si he de quedarme solo y vapuleado en ello, venga, quizás pueda aprovechar el silencio para leer el Tractatus. ¿Lo haré? Caso contrario pueden acompañarme ante lo siguiente:

UNO:

El libro como transgresor del tiempo, el espacio y la persona
En la película "La historia sin fin" de la Warner Bros un niño es protagonista del libro que está leyendo. Eso realmente sucede. Aunque con la variedad que cada uno vive la historia que desea. Imagino que buen grupo de lectores se habrán alucinado Zezé en la novela Mi planta de naranja lima, muy citada como la primigenia lectura junto al Principito. Si les soy sincero, yo fui un Zezé acorralado por la desnaturalización adulta. También he sido Arturo Bandini, en el paisaje norteamericano de Pregúntale al polvo escrito por Jonh Fante, y me he enamorado con locura de Camila López y me he lanzado por la ventana en busca de su aroma y he sentido el tufo a marihuana de sus ojos brillosos. Me dicen que Salma Hayek interpretará a Camila. Bueno, chicos del cine, intenten superar mi visión, mi vuelo, mi aterrizada y halo de verdad, tan mío, es cierto, tan de alguien cuando lo quiere vivir así. El resultado cinematográfico: siempre una decepción; aunque Salmita está tan chula que me lo voy a pensar mejor.

DOS:

El libro como remedio contra la muerte
Rosa Montero, en su novela-ensayo La loca de la casa, narra lo que oyó de la escritora argentina Graciela Cabal y que a mi parecer es una curiosa receta de cómo huir de la muerte. El médico le decía al hombre anciano “de esta noche no pasa”, pero él respondía: “No que va, no se preocupe, no me puedo morir porque me tengo que terminar El otoño del patriarca.” Y así el paciente exigía siempre un libro más gordo. Sus amigos iban muriendo pero él seguía vivo. ¿Qué ocurría? La escritora explica que la muerte también es lectora y cuando nos llega la hora y viene con su mirada laxa (¿recuerdan la muerte menuda y pequeña de la serie El narrador de cuentos que se posaba detrás del moribundo, junto a la cabeza?), se detiene a saber qué lees. Qué muerte para curiosa. Siempre es bueno andar con un libro. Piensen en Lima y sus combis. Cuántos decesos evitaríamos si todos leyeran un libro en el viaje. Ojo Alan y todos tus esbirros, esta sí es la solución para la tragedia de nuestro transporte.

TRES:
El libro para morir
Nunca he leído (conocido) sobre un amor más pletórico, explosivo y enfermo que el que sentía Klaus Kinski por su hijo. No por una mujer, sino por su hijo, Nanhoi. Kinski, actor alemán fetiche de Herzog que llegó a ganar millones, se suicidó. No pudo más con este negocio. Antes escribió Yo necesito amor, su autobiografía. Imagino que para exorcizar su espíritu salvaje. Y cuando Kinski escribe a su hijo “si ellos dicen eso, no les creas”, se convierte en una voz eterna. Trascendente. Kinski está en esas páginas. Lo he conocido yo. Aunque él no pensara en el chico sudamericano y tercermundista. Escribir un libro en tales condiciones –hastío por la vida, repugnancia por la raza humana, impotencia para el sosiego- es una manera de decirle a todos: ¡hijos de puta, esto es lo que soy!, aunque ninguno de ustedes me entienda. Nanhoi, esto es lo que te adoro, aunque este sentimiento se falsifique en las esquinas. Esto es. Tal así, creo yo, uno puede ponerse a morir desde ya. Un libro nos resume. Pum.

A la mano tengo estas tres razones para justificar el hecho de un acercamiento íntimo a los libros. Pongan ustedes un par. Una, quizás. Siempre se pude decir más, aunque sea una tontería. Sólo que algunos las ponemos en papel (o las subimos a la red).

P.D: Luego de un par de entradas lejos de la política, anuncio mi siguiente entrada en la Armónica sobre Daniel Vera Ballón, ex presidente de la región Arequipa, y su crimen no resuelto contra la ciudad blanca.

abril 22, 2008

Pensando en la Tierra 2



En un capítulo de la serie animada Futurama los habitantes de nuestro planeta habitan un lugar llamado Tierra 2. ¿Qué fue de la Tierra, la Tierra 1? Pues terminamos por destruirla. Ahí está. Su color antes azulado visto desde el espacio ahora luce manchas negruzcas y una opacidad que sólo contrasta con la mierda que se pudre viscosa y que exhala flameantes gases. ¡Chis!, se encienden.

No necesitas una bola de cristal para ver nuestro futuro. Hace falta que te acerques a tu tacho de basura, que le pongas tus manos encima a su contenido, que lo hagas una bola, lo mejor que puedas (todo con tus manitas), pongas lo que resulte de esto a una distancia de 17 metros, entrecierres los ojos y que sea la hora de los gallos dormidos, ¿qué ves? Oh dulce, dulce hogar.

abril 15, 2008

¿Es una ventana?


El color verde que la inunda.

Maldito duende de Héroes del Silencio es una de esas canciones que me gustaría oír en una noche especial. Gritarla. Cantarla casi y tantito más con la furia de Enrique Bunbury, con esa entrega sanguínea. Lo mismo he encontrado en esta señorita, sólo que en cierta forma esa entrega es de otra índole. Para mí, y esto es puntualmente cierto, uno de los mejores covers que he oido.

Bad Cover

La señorita de verde que colgó este video le puso como título "bad cover". Luego de tener cientos de miles de visitas inexplicablemente el video fue sacado. Eso me provocó una desazón hueca. Tiempo después el señor Gerardoblas tuvo la amabilidad de volver a subirlo. Por los comentarios me entero que ella misma fue quien lo había quitado. Dicen que porque la mayoría de los visitantes hacían comentarios del tipo "uao, bombón, mi amorrrr, mi vidaaa, que linda que eres..." y más de ese orden. Dicen que a ella no le gustó que apreciaran más su belleza que su música y se largó.
Pero cómo puedes evitar lo que discurre por la propia naturaleza dada. En fin, quisiera comentar de manera extremadamente resumida aquellas cuestiones que me han llamado la atención y que me hacen calificar este material como de gran calidad. Y recalco que soy hiper breve, pues ganas no me han faltado para emprender un análisis semiótico del video; pero bueno, vamos a estos puntos:

La posesión

Cuando ella interpreta Maldito duende inicia siguiendo estrictamente la letra, tal así que en 00:55, cuando el género de la voz que canta se manifiesta ella dice "...y yo estoy tan solo", siendo esto todavía una noche ajena. Luego ella, entre los acordes y el devenir de la música va tomando la voz y entonces se apodera de la canción. Observar con atención el reconocimiento del espacio identificándolo con la letra en 2:25. La posesión se manifiesta en 2:37: la letra cambia por "...y yo estoy tan sola". Ahí ella está enchufadísima, dando una versión propia y única de Maldito duende.


El personaje

En 00:07 ella tira la cabeza hacia atrás con un gesto que corresponde sólo a los que ostentan poder. Alguien podría llamarlo orgullo, pero se trata más de la confianza y el ímpetu de quien lanza la crin arriba como un animal desafiante. En 2:25 "...si fuera posible escapar de este lugar..." ella hace un barrido con los ojos sindicando sentirse identificada con la letra; así ella parece querer decir "quiero huir de aquí", con tal gracia, que a uno lo arroba la idea de volar con zapatos rojos hasta su ventana y llevarla para siempre. Quien tenga sabiduría, que entienda. Perfilando más al personaje me detengo en 04:09, casi al final, donde la artista se revela en lo profundo que le está brotando la obra: crepita los ojos subyugada por la magia.

Al extremo superior izquierdo: ¿se trata de una ventana?



He oido que la noche es toda magia
Y que un duende te invita a soñar
Y sé que últimamente apenas he parado
Y tengo la impresión de divagar

Amanece tan pronto y yo estoy tan solo
Y no me arrepiento de lo de ayer
Sí, las estrellas te iluminan ohh y te sirven de guía
Te sientes tan fuerte que piensas
Que nadie te puede tocar

Las distancias se hacen cortas
Pasan rápidas las horas
Y este cuarto no para de menguar
Tantas cosas por decir
Tanta charla por aquí
Si fuera posible escapar de este lugar

Amanece tan pronto y yo estoy tan sola
Y no me arrepiento de lo de ayer
Sí, las estrellas te iluminan ohh y te sirven de guía
Te sientes tan fuerte que piensas
Que nadie te puede tocar

Amanece tan pronto y yo estoy tan sola
Y no me arrepiento de lo de ayer
Las estrellas te iluminan ohh y te sirven de guía
Te sientes tan fuerte que piensas
Que nadie te puede tocar


abril 09, 2008

Mentiras saludables

Hace unos días el periodista Beto Ortiz se presentó en su programa promocionando que ese día le quitarían la máscara a un falso héroe. "Se ha creído el paladín de la justicia", dijo Ortiz. Luego exhibió un reportaje de Beatriz Llanos sobre el periodista Umberto Jara y la época en la fue director del programa "Hora 20". Hay que refrescar la memoria de la gente, invocaba el acusador. Sí pues, razón no le falta en cierta forma. Casi había olvidado el papel que cumplió Jara en la época de la mafia de Fujimori y Montesinos. Y casi no lo recordaba, pues ya le había dado -para mis propios fueros- la satisfacción a su persona.

Umberto Jara se presentó en la Universidad Católica para promocionar la primera edición de su libro Ojo por Ojo y hablar de periodismo en general, allá por octubre del año 2003. Una y otra vez algunos encendidos estudiantes le preguntaron sobre su rol en el nefasto programa "Hora 20". Y, si no recuerdo mal, ante la insistencia de una estudiante en particular él dijo más o menos lo siguiente: "...qué más quieres que te diga, sí, sí, lo siento y estoy muy arrepentido. Lo acepto..." Jara presentaba este libro, y el papel que jugaría a partir de ese momento, como su reivindicación ante la sociedad.

Se oía sincero. Me animé a comprarle el libro y pedirle que le pusiera lo que se dice una firma. Generosamente colocó "Para Fredy, con un abrazo de..."

Es claro por lo anterior que él aceptó que había sido parte del sistema corrupto. Sin embargo, hoy lo niega. Me atrevo a decir que reconocerlo sería su ruina. Decir la verdad traería abajo su credibilidad en este proceso contra Fujimori, y no sólo esto, también y sobre todo su reputación más o menos reencauchada de periodista probo que está exhibiendo ante las luces y los micrófonos.

"Se trata del cajero de Al Capone echando a la mafia" ha dicho Luis Iberico. Jara habría tenido un lugar preferencial en el gobierno espurio de Fujimori. Digamos que estuvo del bando contrario. Hoy, gracias a ello, su conocimiento y testimonio -e inteligencia, qué importante- son claves para hundir en la cárcel a Fujimori. No olvidemos el peso que tuvo el video de Martin Rivas en la justicia chilena y que finalmente ha permitido que hoy podamos pedirle cuentas a quien tanto daño le hizo a nuestro país.

¿Es válido mentir cuando lo contrario es el descrédito y el rechazo, incluso ofreciendo un empeño esmerado de reparación de daños? No. Al menos parece que siempre lo más saludable es la verdad. Así dicen. Umberto Jara es sin duda un periodista brillante. Alguien decía que siempre recomendaba a sus pupilos leer y ver cine. Mucho de ambas cosas. ¿A qué película estamos asistiendo? ¿Qué capítulo de la historia, señor Jara? Le sugiero un final. Fujimori es condenado. Usted se presenta donde le plazca y declara en estos términos: "...qué más quieres que te diga, sí, sí. Lo acepto..."
Usted me dirá: "Estás equivocado. Yo lo tenía todo planeado desde un principio. Era un espía. Me metí en la cueva del lobo para estudiarlo, ganarme su confianza y luego eliminarlo". Y qué novelón será ése.