mayo 28, 2008

Perras vidas


Me gustan los perros. Les tengo un afecto especial. De niño me gustaba besar su nariz fría, siempre quise morderla, pero no llegué a tanto. Esta semana la mayoría de diarios de Lima tenían en portada al "mataperros". No hay quien lo defienda. Todos parecen mostrar sensibilidad hacia el pequeño can. Perfecto. De acuerdo. Ese señor se merece un castigo severo, el que corresponda, no sólo por asesino, sino también por mentiroso. Pero, ¿este tema da para tanta vitrina en medios? ¿No ocurren otras noticias de similar importancia, quizás mayor, que merezcan también alguna atención especial?

Por ejemplo: Acaban de desenterrar más de 80 cuerpos de hombres, mujeres y niños en Putis, Ayacucho, de la fosa más grande del Perú. Matanza que fue realizada por miembros del Ejército Peruano en 1984. Según testimonios recogidos por La CVR: "Los soldados reunieron a los hombres apuntándolos con sus armas, y les ordenaron cavar detrás de la iglesia diciéndoles que construirían una piscina para criar truchas. Ochenta campesinos fueron asesinados sin explicaciones y enterrados en la fosa. Los demás fueron reunidos en pequeños grupos, asesinados y enterrados en cinco fosas. Aparentemente, se sospechaba que los campesinos estaban involucrados con Sendero Luminoso, pero también habría existido interés de los soldados por el ganado perteneciente a las víctimas, que vendieron poco después del hecho". César Hildebrandt ha escrito una columna imprescindible. Los invito a leerla.

Es paradójico. Todos nos hemos aprendido el nombre del perrito limeño: Matías. ¿Pero alguien se sabe el nombre de una de estas personas de la sierra? ¿Tan lejos se les hace ese mundo? ¿Tan anecdótico es este asunto? ¿Niños acribillados? ¿A esa miseria humana le llaman efectos colaterales de la guerra interna? Germán Vargas, director nacional adjunto de la Asociación Paz y Esperanza, ha criticado la falta de colaboración del Gobierno en las investigaciones de este hecho. Qué podridas andan algunas almas. Porque para difuntos, tenemos hartos hediendo en el poder e infectando sus linderos. Ya lo dijo Manuel González Prada: "La muerte moral se concentra en la cumbre o clases dominantes. Nos parecemos a los terrenos que surgen en el Océano y llevan en las capas superiores los detritus de la vida submarina. El Perú es montaña coronada por un cementerio."

Qué pesimista he sido. ¿Qué tal un mate y un sueño apacible prodigándole elogios al buen Zeus y sus divinas influencias olímpicas? Matías, pequeño chascoso, no te ofendas, es sólo que a unos se les da por pensar también en sus hermanos.

Foto: Asociación Paz y Seperanza

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