Están estos artistas actuando en el mercado Revolución de la ciudad de Córdoba, Veracruz, metidos, acomodados, instalados, mimetizados, guarecidos en el angosto pasadillo. Me acerqué lentamente, primero sin que se dieran cuenta; cuando estuve lo suficientemente cerca, recordé una frase que había oído en un documental sobre fotógrafos de guerra: "No es tan bueno porque no estás lo suficientemente cerca". Me acerqué mucho más... Sentí que no había problemas en hacer primeros planos con mi cámara de 4 MP. Ya era parte del acto. Y la gente caminaba y pasaba como podía para no toparse de frente con nosotros, para no interrumpir la ejecución de la música y la cámara: éramos también el mercado, con la carne colgada reclamando atenciones, las frutas ordenadas por colores, los vegetales y sus anuncios de valor, el piso destruído por donde se cuela también el agua, los comentarios reposados; éramos el camino pintoresco que se busca desde todas las tierras lejanas del mundo... Ahí, al lado...
"Aquí hay mucho de todo y todo adquiere una forma exagerada, todo pretende asombrar, aplastar, sobreponerse a uno. Como si tuviéramos mala vista, mal oído, mal olfato, y si apareciera algo en forma moderada pudiera sencillamente pasar desapercibido. Si es jungla, entonces es grandiosa como la Amazonía. Si es la tierra, es gigantesca como los Andes. Si se trata de la llanura, es infinita como la pampa. Si es el río, entonces el Amazonas es el más grande del mundo. Hay todas las razas posibles y todos los matices de piel: blancos, cobrizos, negros, amarillos, mestizos, mulatos. Hay una variedad de culturas: indígena, española, lusitana, anglosajona, francesa, hindú, italiana, africana. Todas las posibles e imposibles orientaciones y partidos políticos. La riqueza sobra y la miseria también. Los gestos son patéticos y el idioma es florido, abundante de adjetivos. Bazares, mercados, puestos, vitrinas llenas y abrumadas de frutas, verduras, flores, telas, trastos, herramientas, y todo este conjunto continuamente se multiplica, surge desde abajo de la tierra, de las piedras; se multiplica en el mostrador, en las manos, en cien colores llamativos, en el contraste, en el choque, en la explosión. Uno no puede cruzar este mundo con la cabeza tranquila y con el corazón indiferente. Lo atravesamos con pena, desamparados y con la sensación de habernos perdido, con la misma sensación que nos acompaña al ver los murales de Diego Rivera y al leer la prosa de Lezama Lima. La realidad está aquí mezclada con la fantasía, la verdad con el mito, el realismo con la retórica."
Fragmento de "Las botas" de Ryszard Kapucinski, Dirección General Editorial Universidad Veracruzana; Traducción de Gustaw Kolinski y Mario Muñoz; Serie Conmemorativa Sergio Galindo.
Fragmento de "Las botas" de Ryszard Kapucinski, Dirección General Editorial Universidad Veracruzana; Traducción de Gustaw Kolinski y Mario Muñoz; Serie Conmemorativa Sergio Galindo.