marzo 28, 2008

¿Temblor?

Para quienes estuvimos despiertos la madrugada del sábado 29 de marzo fue un susto este nuevo movimiento sísmico. Un sacudón algo violento. Vivo en un tercer piso y lo sentí así, con algo de temor. Inmediatamente enciendo la radio y sintonizo RPP donde la periodista Milagros Valverde, que antes solía escuchar y ahora no -desde que habla mucho más-, dice algunas tonterías, por decir lo menos. Un señor llama algo atemorizado a la radio y le cuenta que vivió el temblor en su panadería y la muy graciosa le pregunta: ¿y se cayeron los pancitos?

No puedo creer la falta de tino. Si en Lima se ha sentido así, ¿dónde fue el epicentro? Podría ser que en otra ciudad del Perú el movimiento haya sido mucho más fuerte. Para quienes tienen familia en provincias esta precisión es de urgente importancia. Recordemos a Alan García y su mensaje a la nación tranquilizador, lamentando un par de pérdidas, cuando en el sur cientos de personas estaban muriendo ante su ignorancia. Y sigo escuchando la radio mientras escribo esto y nada. ¿Qué pasa con RPP? Nada del sismo. Milagritos sigue entrevistando a los Hermanos Castro a risa suelta.

Quizás me sienta algo más sensible con este tipo de experiencias, luego de casi morir en el ICPNA de San Miguel en ese último terremoto del 15 de agosto del 2007, una pared se vino abajo y yo fui uno de los últimos en abandonar el gigantesco edificio.

¡Más de 15 minutos y nada del movimiento telúrico en RPP! ¿Qué diablos le pasa a esta radio? ¿Estoy paranoico?


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Sigo esperando alguna mínima información. Ya han pasado 25 minutos. Nada.


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Las 2:04 de la mañana:

El reporte:

4.3 en la escala de richter a 65 kilómetros al suroeste del Callao.

En Lima: grado 3


Gracias. Eso quería saber.


marzo 27, 2008

Un testimonio ligero


Me he desconectado un poco de la realidad nacional. Dicen que todo está subiendo en los mercados. Si no suben los cigarrillos no me estoy enterando de ello. Pero la gente está hablando de inflación y recuerdan el gobierno pasado de Alan García y sus desatinadas medidas económicas y populistas. ¿Qué pasa? Ahora están entregando alimentos subsidiados, ¿es lo mejor? El presidente se explica a través de RPP, parece tenerlo muy claro y está sereno, nada de alarmas. Dice que comparado con otros países, vaya, no estamos tan mal: por qué no les echan un ojo a la inflación de Chile o Venezuela. Seguimos creciendo económicamente como nadie, dice Alan, ¡seremos la China de América con más flow!


Los recuerdos
Cómo es que no puedo olvidar cuando me mandaban a hacer cola en Salamanca porque dijeron que una tienda estaba vendiendo arroz. Tendría cinco años y no sabía por qué estaba parado ahí, solo que debíamos conseguir arroz como sea. No me preocupaba mucho, solía cantar por esos días una canción que sonaba en las radios limeñas y que era mi tema del verano: "hace frío y estoy lejos de casa, hace tiempo que estoy sentado sobre esta piedra. Yo me pregunto para qué sirven las..." Buen tema mientras se forma una cola.

Es de mal pensados comparar escenarios tan distintos. Hoy la realidad es otra. Y en la radio ya no suenan esas melodías. Sé que el pan está caro, pero casi no lo como. Hace mucho que compro un cigarrillo por cuarenta céntimos. Tan mal no estamos, ¿o sí?

marzo 15, 2008

¿Maestros?


¿Maestros? Leo algunos artículos -y no sólo en ellos, pues su uso es extendido- que se utiliza la palabra "maestro" de manera muy ligera. Sobre todo si reparamos en las cifras de la última evaluación al magisterio, donde sólo hay un porcentaje de 4.69% de aprobados con 11 o nota superior. ¿Todos los demás? Jalados, de la manera más vergonzosa. Ellos, los que pretenden impartir conocimientos no pueden resolver ejercicios lógicos ni mucho menos -importante para lo anterior- entender un simple texto. Así, me pregunto, ¿podemos utilizar el calificativo de "maestro" aplicado a estas personas? ¿No se está prostituyendo más de lo que está el término con algunos impresentables?

Gabriela Mistral en su "Oración de la maestra" dice lo siguiente: "¡Señor! Tú que enseñaste, perdona que yo enseñe; que lleve el nombre de maestra, que Tú llevaste por la Tierra." Ella comprende lo trascendental del título, la responsabilidad que significa formar, cultivar y servir de ejemplo a un niño. ¿Con qué cara se van a presentar el lunes estos "maestros" frente al salón de clases? ¿No habrá un Jaimito preguntón, muy atinado él, que los inquiera con la siguiente pregunta: y usted, profe, cuánto sacó en la evaluación? ¿¡Qué responderán!?

Qué diferente a lo que ocurrirá en la clase de don Leguis Elvis Shuña Chong y de don Leoncio Tamay Cieza, que ocuparon, ambos, el primer puesto en la evaluación. Tendrán que comentarlo en clase y casi puedo imaginar esas miradas pequeñas de orgullo. Esos corazones que saltarán ávidos de afecto y reconocimiento. Ese cerebro que pondrá primera, segunda y tercera ansioso de oír las enseñanzas de sus maestros. Ellos sí: maestros.

Claro, habría que hacer la salvedad de que los conocimientos no lo son todo. Y que muchas de las exigencias del término son otras: la actitud, la comprensión, la imaginación, la creatividad y la paciencia, entre otras. No es nada fácil ser un maestro. Bien lo dice la poeta chilena. Pero al menos se necesitan en el magisterio buenos profesores; que si no tienen estas últimas cualidades mencionadas, al menos no cometan tantos crímenes al escribir y que luego, peor aún, los transfieran como rabia.

Y ya que hablamos de salvedades hay que exigir al gobierno, personificado en el ministro de Educación, José Antonio Chang, que sea claro y dé respuesta a las denuncias planteadas por cientos de profesores, sobre vicios e irregularidades en la prueba. Y sobre todo, como reclama Rosa María Palacios en Perú.21, transparencia en el proceso. ¿Dónde están las pruebas? ¿Por qué no se han publicado en la página web del ministerio? Para que, entre otras cosas, como medida pedagógica, los profesores puedan aprender de sus errores. Pero, ya se ve, este gobierno en lo que significa estrategia y cálculo (pistas de Lima y la ¡Biblioteca Nacional cerrada!) anda como el perro ciego de un hortelano fulano de tal: sin rumbo.

marzo 13, 2008

Las polillas y la lluvia

Hoy llueve en Lima. Llueve con gotas grandes y espaciadas. ¿Es verano?, esto ocurre, pero qué más da, es el cambio climático, la corriente de la niña, el niño y todos sus primitos, es, como se dice, ...pues, no lo sé...

Llueve. Dios llora. Dios orina. Dios se deshace a gotones. Llueve en Lima en verano. ¿Han visto muchas polillas en sus casas? Yo sí. Muchas. Por todas partes. Pero estoy en Universitaria frente a la Católica y espero una combi para que me lleve a la casa de mi amigo hanz. Sólo que no sé dónde ir exactamente. Llueve. Le llamo a su celular pero no contesta. Y llueve. Hoy 13 de marzo llueve. Soñé con mamá. Hoy muy temprano le llamé "mamá, soñé contigo". Le gustó que le dijera eso. Cuenta, cuenta me dice, al otro lado del teléfono. Le explico el sueño y se aparece ella, la del inglés, en el tontódromo, la gran avenida, la avenida Dintilhac, ¿por qué? porque me lo acabo de inventar, yo solito y estoy seguro de que a nadie más se le ha ocurrido: la avenida Dintilhac. No dejo el teléfono, no le corto a mamá, no, a mamita nunca. Pero es la del inglés con su mirada de costado. Sé que me mira, pero yo no puedo colgar el teléfono. Y ahora llueve y me canso de esperar un carro que no sé qué carro y hanz no contesta.

Llueve. Regreso a casa porque llueve mucho y me digo: llueve, no es una buena señal. ¿Por qué hice eso? ¿Tendrá que ver la noche en Huanchaco? Debe ser, es mucho probable que haya visto otra vez esos cangrejos saliendo como disciplinados soldados del camuflaje de la arena mojada y oscura tras el mar Bel canto. Pues cuando yo los veía llovía como hoy. Feo.

Llueve y llego a casa donde ya no llueve tanto. Y ahí están: todititas en el techo de la cocina. Son polillas flacas. Me encierro con ellas y mientras las maldigo y les mento la madre las mato una a una. Mierda, qué se han creído, qué se han creído para venir aquí, qué me miran, qué mierda se han creído. Plaf, plaf, plaf, plaf. ¡Por qué mierda han pensado esto! Plaf, plaf.... plaf. Rollo de periódico de empleos en sus rostros líneos y sus ojos que nunca conoceré. ¿De dónde vienen tantas? Me decido ir hasta le fondo (en francés), porque como le dijera a papá: yo hago las cosas bien. Busco su nido. ¿Llueve? Un pote de harina de cebada, ahí estaban todas, saltando, engendrando, copulando a todo dar y con fruición, escándalo y descaro. Yo las miro a través del diáfano pote. Les hago unas muecas de asco. Las envuelvo en plástico. Qué se pudran con su harina. Qué se la metan por sus sexos, la devuelvan por sus trompas y se la trasmitan a sus hijos y que se los coman a ellos también y que los caguen y se los vuelvan a comer. Que se coman entre todas, que se les acabe el aire, que se caigan, que no vuelen, que sean miles, que sientan asco, que se coman, que se pudran, que se hagan una bola verde, ¡que se hagan polvo! Yo me quedo luchando con las últimas fugitivas del pote. Y como yo hago bien las cosas, limpio con papel higiénico el rastro de la matanza, levanto sus alitas y las meto todas bien envueltas al tacho de la basura. ¿Llueve, hanz? ¿Tú qué crees?

Imagen de Francisco Toledo

marzo 02, 2008

Bronco quiere leer "El perro del hortelano"

Fui a visitar a Bronco. Le conté que iba a escribir un artículo sobre "El perro del hortelano". Se acercó mucho y no pude evitar tomarle estas fotografías. Se me hace que a tanto protagonismo alcanzado por sus congéneres en el Presidente de la República él ha querido ver de qué trata todo este asunto. Bronco no sabe leer. Pero bueno, muchos tampoco.


"A ver, qué es esto... El Comercio..."



"Ah... es otra vez Alan y sus perros del hortelano"





"Vamos a ver de qué trata esta vez"





"¿Un perro rojo?... ¿what?..."


"Ja,jaja... qué chistoso... no sé leer"