diciembre 02, 2008

"No lo sé"



-¿Por qué te gusta Marlboro Wides?
-No lo sé...

Creo que ella difícilmente lo entendería. Muy pocos lo hacen. ¿Qué tendría que hacer yo? Si cuando digo que me gustan los cementerios la gente se espanta. Agrego que me gusta lo artístico de ellos. Silencio. ¿Se figuran que estoy loco?

Cuando alguien dice "no sé" demuestra gran sabiduría, porque no lanza respuestas como quien manotea moscas. Esa prudencia es digna de espíritus reflexivos. Luego del "no sé" el cerebro maravilloso de esta persona busca ideas, sensaciones e hilvana posibles teorías. La exposición fresca de esas palabras se asemeja al espectáculo del nacimiento de los seres vivos, especialmente a aquellos que se develan en armonía con un haz de luz.

Sucedió con uno de los mejores profesores que he tenido en la universidad: Luis Jochamowitz. No pretendo extenderme en hablar sobre él; pero cuando expuse esto que he puesto a consideración, y como alegato en su defensa, ante un tribunal de estúpidos estudiantes de periodismo, obtuve risas y comentarios cobardes a media voz. No debería culparlos. Quizás yo también lo habría hecho al ser mi propio espectador. ¡Alguien que habla con pasión!

Es curioso -no lo había planeado así- que este texto incluya el humo de los cigarrillos. Me gusta el sonido que hace la cajetilla al abrirla y al cerrarla. Me gusta que sea gris...
Por eso digo que ella difícilmente lo entendería... aunque ya que pongo esta frase por segunda vez caigo en la cuenta de mi error. Quizás sólo ella lo entendería. Cuando dijo "no sé" yo había concentrado mi vida en su respuesta. Los puntos suspensivos después de estas dos palabras es un espectáculo que me reservo.

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