febrero 14, 2008

No a la mendicidad infantil


Ese niño subió al bus con un discurso distinto. Empezó diciendo "yo no tengo papá", así de contundente, y ahí puso la pausa. Fue un dardo directo al bobo. Está claro que le di unas monedas, como lo hicieron muchos otros. Se habrá llevado unos cuatro o cinco soles. Pero ahora me entero que no es dinero para él. Estos niños tienen a unos explotadores detrás de ellos que los obligan a trabajar para luego quitarles todo. En algunos casos estas personas incluso alquilan niños para mendigar, diez soles la jornada.

Ya se ha puesto la voz de alerta. La ministra de la mujer, Susana Pinilla, ha declarado que enfrentará este problema. Da un plazo de ocho meses. Veremos. Por lo pronto el alcalde de Surco, en un reportaje de Prensa Libre, propone no dar más dinero a los niños mendigos. Porque si estos abusivos ven que el negocio no es rentable, dejarán de exponerlos como carne de cañón. Hasta ahora se llevan una buena cantidad de dinero que utilizarán para embriagarse, drogarse o quién sabe qué.

Apoyo la propuesta. No demos -aunque suene extraño- más dinero a los niños. Ellos no deberían estar en las calles. Tendrían que estar en casa jugando como cualquier niño con familia. Deberían estar contando hasta 70 mientras juegan a las escondidas y no al alcance de depravados y delincuentes. Siempre funciona ponerse en los zapatos del otro. Si tienes hermanas pequeñas, hijos o sobrinos, imagínatelos así, en la calle. ¿No es un espectáculo agradable, cierto? A mí no me gusta.

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