febrero 28, 2008

La lucha del Cusco contra el Gobierno


No podría dar la razón ni a uno ni al otro. Tanto el pueblo del Cusco como el Gobierno han cometido errores en todo este bolondrón de la ley Bruce (ley que permite las concesiones en sitios considerados patrimonio cultural). Pero ciertamente, si es que a alguien se le tiene que exigir más, es al Gobierno, pues de él se espera las decisiones inteligentes, maduras y estratégicas. Del pueblo del Cusco, de las masas, no se puede esperar una medida certera en pro de la solución.

Ante las patadas del niño el padre lo reprende y educa con un lapo y de inmediato lo abandona a su suerte. ¿Cómo se siente el hijo? Mucho más furibundo y con ganas de incendiar la casa. El Gobierno de Alan García actúa de manera torpe, a las amenazas y a los insultos, se suman las medidas punitivas. Cusco ya no será sede de la APEC. Pero los cusqueños siguen en pie de lucha y prometen más huelgas. Alistan un gran paro en toda la región sur junto al FACA de Arequipa. No darán paso atrás, ¿no entienden eso? Realmente me parece de tontos creer que el Gobierno no dilucide esto. Más bien podríamos creer que se trata de dar un mensaje a la opinión pública: "Mira, somos el gobierno fuerte y con autoridad, a nosotros no nos vengan con paros porque te podemos hacer llorar". Pregunta ¿qué harán cuando venga este nuevo gran paro, los otros en todo el país, y hasta en el oriente? ¿Pondrán más de cuatro muertos en la televisión? ¿Tratarán de ser parte y luego alzar el dedo acusador con quizás una decena y algo más?

No apoyo para nada esos paros que afectan los derechos de las personas: que bloquean carreteras, que meten piedras a las lunas de los autos y las propiedades, que perjudican a los turistas y que secuestran policías para darles palizas hasta casi matarlos. Creo que son unos bárbaros. En algunos casos, peor aún, movimientos azuzados por oscuros y apestosos personajes a la busca de réditos regionales y poder político.

¿Cuál es la solución? Nada fácil ciertamente. No puedo dejar de pensar en la reflexión que me hizo un taxista: si usted estuviera muriéndose de hambre, haría lo mismo. No se lo dije en ese momento, pero ahora lo pienso: si, todavía como mayor escarnio, se burlan de su condición y le dicen que van a poner cinco tenedores donde usted no ve sino una cuchara abollada y chueca, haría lo mismo.

La solución: Antes de mencionar lo que considero las medidas acertadas al conflicto con el Cusco, quiero divertirme haciendo algo que le gusta mucho a la gente: buscar culpables lejos de uno y no reconocer las faltas y los errores propios. Propongo que castiguemos por todo esto a Carlos Bruce: de dónde nos sacó esta ley. ¿No previó las consecuencias? Ultimanete está haciendo muchas cosas sospechosas, votando a favor (abstención) de Tula Benites, por ejemplo. Por algo de verguenza y viendo todo lo que ha causado debería pararse en la plaza del Cusco y ofrecer una disculpa.

La solución es la siguiente: En primer lugar, deroguen la ley. Lo harán tarde o temprano. Eso logrará que de inmediato el Cusco deje de lado sus protestas, pues es ésta su exigencia. Luego de ello, el mismo presidente Alan García, o quizás la misnistra Aráoz, debería ir al Cusco y decir estas palabras: "Pido disculpas por los incidentes. Creo que tanto ustedes como yo queremos mejorar el turismo. Hagamos un plan que ordene y potencia esto. No queremos informalidad. Queremos mejorar lo que ustedes están haciendo. Seguro tendrán algunas ideas. Nosotros hemos traído éstas..."

Foto: 24horaslibre.com

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