agosto 23, 2011

Intento de conversar con Sergio Pitol


El maestro Sergio Pitol ya no oye bien por el oído izquierdo. Hay que acercarse a él por el lado derecho. Ya no quiere dar una entrevista formal a un periodista. Se disculpa amablemente con un gesto de pena, y señala su cabeza para indicar que un problema de salud lo imposibilita de mantener un intercambio de palabras que vaya a ser publicado.

Pero uno insiste. Y le sigue, pensando, animadamente, en que cada gesto, una sola palabra de él que dibuje la realidad será valiosa. Ha asistido a la inauguración del Festival de la Lectura 2011 que organiza la UV, y a la presentación de cinco nuevos títulos de la Colección Biblioteca del Universitario, que él dirige. En los discursos cierra por ratos los ojos como abstraído en una idea.

Afuera le esperan fotos y periodistas. "Unas palabras", y se niega a ellas. Los reporteros se van. Sergio Pitol pregunta por los libros que le han regalado. Se los buscan, le dicen que ya están en el coche que lo espera y empieza a huir.

-Maestro, fíjese que en Córdoba estamos de fiesta-, se le comenta. Él sonríe reconociendo una familiaridad.
-Ayer estuve ahí-, se adelanta a comentar.
-¿Visita con regularidad la ciudad?
-Ya todos mis parientes en Córdoba se han muerto...

Se le propone una conversación más calmada. Pero vuelve a señalar la parte frontal de su cabeza acongojado. Y cerca a su coche vuelve a sonreír. Se despide. Y uno cree que ha obtenido algo valioso de un escritor. Un par de frases. Y piensa en comprar más libros de él, para no quedarse desolado: "Infierno de todos" y los de la colección Biblioteca del Universitario, que tienen un prólogo sobre la lectura: leer -dice Pitol- es "uno de los grandes dones que nos ha permitido el mundo".

Y a veces sólo así se llega a un escritor. Y se le conoce bien. Y uno se reconcilia. Y abraza su libro.

Foto: Wikio.es

2 comentarios:

El Eskimal dijo...

Parce, esta le quedó muy buena. El final es bonito.

Fernando dijo...

¡Gracias!, parce.