agosto 10, 2011

La otra bolsa del mercado



El hundimiento histórico de las bolsas internacionales no son el única prueba de una crisis económica que se expande en los mercados financieros. En un mercado local Alicia Flores prepara cada día a las cinco de la mañana sus otras bolsas: de zanahoria, elote, chayote, ejote y cilantro, que venderá a 10 pesos. Con la ganancia de un peso. ¿Pero por qué el esfuerzo de pelar, trozar y embolsar verduras variadas para ganar tan sólo una moneda?: "De otra manera la gente no compra", dice.

Standar & Poor's (S&P) rebajó la calificación crediticia de Estados Unidos, una de las economías más grandes del mundo. Lo que provocó un pánico de inversionistas. Pero lo que ya había bajado mucho antes eran las ventas en el puesto de verduras de Alicia, que ha tenido que ingeniar una presentación económica y diversa de sus vegetales. "La gente ya no tiene dinero para comprar, ahora piden por montoncitos".

El sistema de compras se ha vuelto precario en el puesto de este mercado local. Y sigue los siguientes índices, que se explican por su inmediata equivalencia: una cebolla, la más pequeña: 1 peso. Dos pesos de chile: tres chiles. Tres papitas, que pesan 21 gramos: 2 pesos. ¿Quién sabe cuántos comen con eso?, se pregunta.

Alicia explica que las verduras han tenido subidas excepcionales. En 20 días el tomate rojo ha incrementado tres pesos, lo que lo deja a un costo de ocho pesos el kilo. Si está muy caro la gente ya no lo compra, agrega. Así ocurría anteriormente con el kilo de papa que estaba a 25 pesos el kilo, y ahora bajó a 10: lo mismo para el precio del chile.

La bolsa que prepara Alicia cada mañana, mientras escucha las noticias en el televisor, es una opción de venta más. Ella hace sus compras en el mercado Zapata de Orizaba, Veracruz, y lo que puede ganar no alcanza para pagarle la educación secundaria a su hijo, que gastaba, apunta, 50 pesos diarios en pasaje.

"O estudiaba o trabajaba, y como no nos alcanza... se vino aquí a trabajar conmigo", comenta ella. Su hijo la escucha en silencio detrás de ella. Cuando Alicia no puede asistir a su puesto, por complicaciones con su diabetes, es él, de 14 años, quien vende.

Alicia se queja de su propia bolsa también. Porque ésta, para alguien que cuenta los centavos, representa una erogación significativa de 40 pesos por kilo.

"¿Por qué no sacas una nota así?", reclama al periodista que le entrevista: una nota que hable de la pobreza que se exhibe en un puesto de verduras. Allí donde los pepinos, 3 pesos cada uno, son un lujo, un gusto, porque antes se necesita más una cebolla, ¡un chile! en la mesa mexicana. "Ya mis pepinos los voy a tener que sacar, están todos feos", se lamenta Alicia.

No hay comentarios: