abril 23, 2011

Ave suicida


Estábamos leyendo un texto que ella había escrito para poder entenderlo cuando un ave negra saltó del techo de la casa bajo la cual estábamos sentados, sobre el tronco viejo, y se estrelló en el suelo. Fue un suicidio limpio. A ella no pareció sorprenderle mucho y continuó repasando las frases que había colocado sobre el papel, renegando con ella misma porque no estaba segura de lo que quería decir o si cómo lo decía era lo que tendría necesariamente y por corrección decir. ¡Se mató!, gritaba yo, exaltadísimo. Pero ella no me escuchaba.

2 comentarios:

La Maquinista Yey★ dijo...

En la casa de mi hermano siempre se suicidan las aves, es justo en el segundo piso, en las ventanas se refleja el cielo azul y esas pobres 'Palomas moras' se atarantan y creen que es parte de su cielo real, pero de pronto azotan y caen al suelo muertas... Yo creo que para estas fechas en verdad se suicidan, pues ya saben que es sólo un espejo, al haber visto a tantas morir de esa forma... y cuando caen, medio vivas y medio muertas, algunas veces, se las come el perro de mi madre... así que aunque queden vivas, ellas no tienen esperanza, el perro las acecha... Quiero ser ave, pero no pasar por la casa de mi hermano...

Saludos mi querido amigo y futuro compañero de viaje a la jungla de asfalto! abrazo!

Fernando dijo...

¿Digamos que realmente existen estas aves que se matan? Es sorprendente. Un abrazo.