marzo 10, 2011

Querían la marca

Querían en sus frentes la marca de Dios. Inició las celebraciones de la Cuaresma en las iglesias de la ciudad. En el centro, la Catedral estaba repleta de cristianos que llegaron a la misa de las ocho de la mañana. Bajo las bombillas y los fluorescentes de luz artificial de la iglesia -a esa hora no hacen tanta falta, pero aquí la iluminación es vital- se sentaron, algunos más adelante que otros, como para que la palabra les llegara primero.
Es el tiempo de conversión, se les dijo. De volver a Dios. La explicación de los 40 días antes del inicio de la Semana Santa se justifica. Pues es tiempo suficiente en el que se consigue una obra de Dios, les explicó el Obispo. Como los 40 días y 40 noches que pasó Jesús en el desierto.
Y ellos oyeron el ejemplo. Y luego se formaron en tres columnas dobles, dos en el centro y dos por cada costado, el de la derecha y el de la izquierda. En un recipiente de vidrio la ceniza, que se obtuvo de los ramos -y otros objetos sagrados, se hizo el apunte- de la Semana Santa del año pasado, fue puesta en sus frentes. La forma habitual: la señal de la cruz. ¿A unos les resaltaba más la marca sobre sus ojos que a otros? ¿Tiene que ver el color de la piel? Y si uno lo ve bien el color gris de la ceniza tiene también distintos tonos. Se ve, según la cabeza que la lleve, más blanca o más oscura. Es curioso. El contraste se hace solo.
Los católicos se fueron con el designio a la calle, a sus trabajos, a sus casas. De a pocos se les iba cayendo la ceniza. Y pocos se atrevían a quitársela de manera abrupta. No. Quizás la idea era que se fuera disimuladamente o que, como se quiera ver, penetrara en ellos, como la marca de Dios. Así: imperceptiblemente, sin que uno se dé cuenta.

2 comentarios:

La Maquinista Yey★ dijo...

independientemente de que mi señor Fredy ha usted cubierto muy bien la noticia... a mi eso de la marca no me interesa en lo absoluto, mis padres se encargaron de bautizarme, confirmarme y tomarme la hostia o sea comuniarme?! como sea... con el tiempo yo solamente me declaro creyente de don Dios, pero no práctico esos ritos paganos (huhu) a mi la Semana Santa ni me gusta. He dicho

Un beso!

Fernando dijo...

También creo en Dios. Pero ya no soy católico. NI me he convertido a otras tantas religiones falsas. Ahora cuando visito una iglesia, lo hago con respeto, y pienso en Dios, pero obvio muchas veces la comunicación con los que me rodean, sea porque me quedo callado en las oraciones o porque no voy a comulgar. Me parece súper increible que la mayoría de las personas que asisten a cultos, sean católicos o cristianos, se den golpes de pecho, pero apenas saliendo del templo mienten, engañan, defraudan, hacen tanto daño... Es lo peor de la hipocresía humana. Las iglesias están llenas de esas ratas. Llenísimas.