mayo 19, 2009

Estética de cementerio




Las flores muertas empezaron a subir tratando de alcanzar los árboles. Acto puro de pertenencia.





A ellos no les importa que diga "cementeri " en lugar de "cementerio". Quizás y les molesta -a su memoria, y a los que vienen a visitarla cada vez que el recuerdo y la nostalgia de quien se fue atraganta su vitalidad- que haya maleza rebosando sus tumbas. ¿Pero y quién se acuerda de estos ellos? Una pelota reventada y abandonada ya no juega más, la virgen tiene un agujero feo al costado y el niño que carga en sus brazos se asolea decapitado en las tardes. Parece que nadie. Tierra. Arañas. Plantas. Polvo.

El cementerio antiguo xalapeño, declarado monumento histórico por decreto presidencial del licenciado Miguel de la Madrid Hurtado, guarda lo que se dice mortandad de voluntad humana. Es asintomático que una placa en la puerta diga "restaurado por el Patronato Pro-conservación y el H. Ayuntamiento de Xalapa".

No tiene este campo santo las condiciones de un cementerio-museo. ¿O quizás las tuvo? No posee variedad de mausoleos, las pocas esculturas lucen acabadas y a poco destruidas.

Y, sin embargo, guarda cierto atractivo, quizás proveniente de ese abandono en el que se encuentra: allá donde ya no se acercan las manos de los hombres la naturaleza dura ha hecho curiosas figuras. Una flor, dejada cuánto tiempo, se ha secado en una tonalidad opaca de los colores que antes tenía encendidos. Está intacta, asiéndose a la piedra, casi como su broche celoso o la cerradura fiel, a la sombra que proyecta. Las cruces se van para los lados, se retuercen, se caen a pedazos y hay en ello también un espectáculo, sólo imaginable comprimiendo la velocidad del tiempo y acelerándolo en el ritmo de marcha armoniosa que deben disfrutar los dioses. Nada humano aquí. La naturaleza con los muertos. Nada que se pueda extrañar desde un mezquino punto de vista.

Llego. Y me agrada. No es el museo de la arquitectura y la escultura. Nada relacionado a la estética del arte que se promociona. Es el recinto del olvido. Y así se ve bien, y no creo que de otra manera vaya a lucir mejor.














2 comentarios:

Manu Ureste dijo...

Fernando...
Me gustó en general cómo describes la estética de lo inerte; y cómo creas esa atmósfera a medio camino entre la melancolía y la crítica.
Enhorabuena.
Y ah, el final es, sin duda, la guinda a un buen post.

Manu
Vivir para contarlo

La Maquinista Yey★ dijo...

Fredy, cuanta razón tienes, ese 'museo' no lucirá mejor de otra forma, cuanto inspira su abandono, lo suficiente para crear toda esta atmósfera que nos pintaste...

Ya estoy leyendo, ya estoy haciendo de tu espacio una estación más para mi tren...

Saludos

se te extrañó hoy